La operación militar internacional en Yemen desata la tensión en Oriente Próximo

  • Arabia Saudí, Emiratos Árabes, Kuwait, Catar y Baréin comenzaron una operación contra el movimiento chií, al que se unieron Egipto, Jordania y Sudán.
  • Estados Unidos autorizó apoyo logístico y de inteligencia a la intervención árabe, aunque precisó que sus fuerzas no tendrán una acción militar directa.
  • Han muerto al menos 20 civiles tras un bombardeo de un caza saudí.
  • El movimiento de los hutíes aseguró que los ataques son una declaración de guerra que conducirá a una "guerra global" en la región.
Miembros armados de las milicias hutíes inspeccionan el lugar donde se ha producido un bombardeo saudí en un barrio en Saná (Yemen).
Miembros armados de las milicias hutíes inspeccionan el lugar donde se ha producido un bombardeo saudí en un barrio en Saná (Yemen).
EFE
Miembros armados de las milicias hutíes inspeccionan el lugar donde se ha producido un bombardeo saudí en un barrio en Saná (Yemen).

La operación militar en Yemen mediante ataques aéreos a varias ciudades contra los rebeldes hutíes ha desatado la tensión en Oriente Próximo. El embajador de Arabia Saudí en Estados Unidos anunció anoche en Washington que estaban "decididos a proteger al Gobierno de Yemen", solicitando una intervención militar internacional que no ha tardado en llegar. El Gobierno egipcio anunció su apoyo "político y militar" a la intervención lanzada por cinco países del golfo Pérsico contra el movimiento rebelde chií. Se sumaba así a Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Catar y Baréin. "Nuestros países han decidido responder a la petición del presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi, de proteger el país". No fue el único, en las horas siguientes se unieron Jordania y Sudán, así como el apoyo de Marruecos.

El presidente estadounidense, Barack Obama, autorizó proporcionar apoyo logístico y de inteligencia a la intervención árabe, aunque precisó que las fuerzas estadounidenses no tendrán una acción militar directa.

En el lado opuesto se encuentra Irán, quien ha condenado con firmeza esta operación. La portavoz del ministerio de Exteriores, Marzieh Afkham, pidió "el final inmediato de los bombardeos", asegurando que pueden complicar la crisis en el país "y acabar con las posibilidades de una resolución pacífica". Por su parte, el Gobierno de China ha llamado al diálogo tras los bombardeos y muestra "profunda preocupación". Pidió a las partes implicadas que resuelvan sus disputas "y restablezcan la estabilidad y el orden normal en una fecha temprana".

En las últimas horas, como consecuencia de esta operación, han muerto al menos 20 civiles y 31 han resultado heridos en un bombardeo de un caza saudí en el barrio residencial de Bani Heaut, al norte de la capital yemení, Saná. Cinco viviendas quedaron destruidas por el impacto de un proyectil, al parecer dirigido contra el cercano aeropuerto internacional, pero erró su trayectoria. También se ha bombardeado el palacio presidencial, así como varios cuarteles, entre otros puntos estratégicos.

El último cuartel atacado es el feudo del expresidente yemení Ali Abdalá Saleh, al que se le acusa de respaldar el movimiento chií. En cuanto a los ataques aéreos en otras zonas, destaca el llevado a cabo en la base militar de Al Anad, al sur del país. Los bombardeos destruyeron asimismo la defensa antiaérea de los hutíes y cuatro aviones de combate.

Arabia Saudí suspendió este jueves de forma temporal los vuelos domésticos e internacionales en sus aeropuertos situados en las zonas del sur del país, fronterizas con el Yemen, anunció la Autoridad de la Aviación Civil saudí.  Según el comunicado de este órgano, quedaron suspendidos tanto las llegadas como las salidas por motivos de seguridad.

Amenaza de "guerra global"

El miembro de la oficina política del movimiento yemení de los hutíes Mohamed al Bujaiti afirmó que los ataques son una declaración de guerra que conducirá al país a una "guerra global" en la región. En declaraciones al canal catarí Al Yazira, Al Bujaiti insistió en que el tiempo demostrará "el error" de la decisión de Arabia Saudí y varios países árabes de atacar las posiciones de las milicias chiíes en Yemen, donde controlan el norte del país y avanzan hacia su parte meridional.

El movimiento chií convocó a sus fuerzas afines en su feudo de la provincia de Saada, fronteriza con Arabia Saudí, para preparar una operación terrestre. Allí se han producido los primeros enfrentamientos entre milicianos del movimiento yemení de los hutíes y tropas saudíes. Ante la escalada del conflicto, el Ministerio de Educación ha suspendido las clases de forma indefinida.

Saada, en el norte del Yemen, está controlada por los hutíes desde 2010, cuando el grupo rebelde se enfrentó al Ejército yemení.

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