Un 'ángel' anónimo ha salvado del cierre inminente un negocio de comida casera en Majadahonda, prestándole 5.000 euros en mano al dueño y sin firmar ningún papel: seguirán abiertos al menos un mes más para intentar salir a flote.
Ángel (nombre ficiticio) se detuvo la semana pasada ante el escaparate del negocio de comidas para llevar mientras daba un un paseo por la ciudad del norte madrileño, donde estaba con un familiar atravesando un difícil trance relacionado con la salud. Minetras contemplaba el comercio, una empleada del local le preguntó si le gustaba lo que veía.
"Sí, me gustan mucho este tipo de empresas", respondió Ángel. "Mírelo bien, porque el sábado es nuestro último día: por 5.000 euros tendremos que cerrar y quedarnos sin un trabajo que nos encanta y en el que confiamos", cuenta que le dijo Maite, una de las tres empleadas de Los Pucheros del Monje.
"Si es por eso, se los doy yo", dijo Ángel. Antes de las tres de la tarde había ido ya al banco con el dueño, Carlos, para retirar el dinero y dárselo.
El dueño le ofreció firmar un recibo con una copia de su DNI para que quedara constancia del préstamo, pero que el jubilado lo rechazó. "Yo sé que ustedes, cuando puedan, lo van a devolver", cuenta que le respondió Ángel, quien ha pedido que no se publique su nombre real.
Una nueva perspectiva tras la operación de su esposa
Ángel recibió hace días una buena noticia en el ámbito personal, lo que le ha dado una nueva perspectiva de vida. "Me di cuenta de que a la gente hay que ayudarla, no soy ningún ángel, solo quiero ayudar en la medida de mis posibilidades", dijo Ángel.
Ángel cuenta que se siente especialmente sensibilizado por los negocios de hostelería, ya que conoce el sector desde hace casi cuarenta años.
"En 38 años he visto de todo, sé lo difícil que es sacar adelante un negocio como este", dijo, en referencia a Los Pucheros del Monje, cuyos empleados siguen trabajando pese a no cobrar porque confían en el proyecto.
"Aguantaremos un mes más, a ver si remontamos"
El dueño del negocio, Carlos, aún no sale de su asombro.
"Nos ha prestado el dinero sin condiciones, es un gesto de confianza total, porque no nos conoce de nada", dice.
Intentará salir adelante con la ayuda de Ángel más la de un amigo que le ha prestado 2.000. Aunque aún debe más, lo cual pretende amortizar con un repunte de su negocio.
"Con esto no cubrimos la deuda, pero podemos aguantar un mes más", agrega, reconociendo que se lanzó a montar el negocio con demasiado optimismo, sin contar con un colchón financiero para los primeros tiempos.
"Es muy difícil emprender, la Administración te ayuda en formación, pero no a nivel económico", cuenta.
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