Lourdes y José Mª viven sin luz: "Nos lavamos calentando agua en un cazo y vamos con linternas"

José María Orozco y Lourdes Ventero, en el salón de su vivienda con las lámparas a pilas con las que se iluminan.
José María Orozco y Lourdes Ventero, en el salón de su vivienda con las lámparas a pilas con las que se iluminan.
JORGE PARÍS
José María Orozco y Lourdes Ventero, en el salón de su vivienda con las lámparas a pilas con las que se iluminan.

El jueves 12 de febrero se cumple un año desde que la compañía eléctrica impusiera el apagón a la vivienda de José María Orozco (66 años) y Lourdes Ventero (65), en el municipio madrileño de Getafe. Desde ese fatídico día en esta casa se cocina con una bombona de gas pequeña, "como los albañiles en la obra", se duerme "bajo muchas mantas" y se compra la comida "al día", ante la falta de una nevera que pueda conservar los alimentos.

Una multa de 1.800 euros convierte a los interruptores en meros adornos de pared. En esta vivienda tampoco es posible encender la calefacción ni hacer que corra el agua caliente.

Lourdes explica que su marido, tras cuatro años en el paro, se tuvo que jubilar recientemente "porque se acababa la ayuda". Las carencias en esta familia vienen de lejos y reconocen que tenían "pinchada" la luz. "No la podíamos pagar", se excusan. Ahora mismo entran al mes en casa 780 euros que dan a esta pareja de jubilados "para mal comer y pagar el teléfono", aseguran.

El "tropiezo", como Lourdes prefiere llamar a su impago del recibo, ha derivado en una multa de 1.800 euros que se ven incapaces de afrontar, "ni mucho ni poco". "Lo mejor sería que nos pudiéramos reenganchar con un nuevo contrato, que el anterior estaba a nombre de mi madre, y poder pagar la sanción a cuotas", propone Lourdes. Pero la compañía no parece estar dispuesta. O pagan integramente, o no hay luz.

20minutos intentó recabar la versión de la eléctrica, que declinó aportar cualquier información apelando a la protección de datos de los particulares.

La familia directa y los amigos no están en disposición de poder ayudar a esta familia, que se apoya por necesidad en Cruz Roja y Cáritas. Cruz Roja precisamente ha interpuesto en su nombre un recurso de súplica a la compañía pero, mientras se resuelve y no, en esta casa fría y deslucida cada vez gastan más dinero en pilas para linternas y las duchas se reducen a lavados con agua calentada en el cazo.

Lourdes tuvo que ser operada de corazón en junio y es diabética. Con el invierno dicen que van tirando, a base de muchas capas de ropa y de algún "trancazo", pero les preocupa aún más el verano. "Tengo que poder guardar mi insulina en frío. ¿Cómo lo hago si no tengo nevera?".

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