La última cigüeña oriental (Ciconia boyciana) que nació en libertad en Japón lo había hecho en 1964, por eso es tan importante para la población nipona que una pareja de esta especie en peligro de extinción haya sido capaz de reproducirse en su hábitat natural.

El milagro ha tenido lugar en Toyooka, al oeste del país, en un nido situado en un poste, merced a la intimidad que da tener el lecho a 13 metros de altura, según publica la BBC.

En Japón consideran a estas aves auténticos tesoros nacionales y respiran algo más tranquilos tras conocer a esta nueva cría, 43 años después del último nacimiento en libertad de esta especie.

Estas cigüeñas tienen unas marcas rojas alrededor de sus ojos y están en una amenaza constante debido a los altos niveles de deforestación, a la recuperación de pantanos para la agricultura y al exceso de pesca, entre otros peligros.

Intento de reimplantación

Las cigüeñas orientales o cigüeñas blancas coreanas han ido desapareciendo en Japón de manera paulatina desde los años 80, cuando la industrialización fue devorando su hábitat.

Rusia donó algunas aves que se han reproducido en cautividad, gracias a la participación de numerosos expertos que han luchado por reintroducir la especie en el país asiático.

Algunas de estas aves fueron puestas en libertad y, casi un año después, empiezan a verse los primeros resultados.

Los padres de la criatura, que aún ignora su fama, fueron liberados en septiembre de 2006, y comenzaron a construir el nido en abril.

Ella tiene nueve años y él siete, y son ya una de las parejas más queridas por la población nipona.