La maternidad, la presión para "ser eternamente joven e infinitamente delgada" y el paro son factores que pueden desencadenar la anorexia y la bulimia en adultos, según la directora de la Asociación contra la Anorexia y la Bulimia (ACAB), Marta Voltas. Un fenómeno creciente en los últimos años.

Si hace cinco años la mayoría de sus usuarios tenían entre 18 y 25 años, ahora el 62% tiene más de 28 años. Los adultos que padecen trastornos alimenticios son principalmente expacientes que sufren recaídas al llegar a los 30 o 40 años, pero también hay mujeres que sufren estas enfermedades por primera vez, y hombres.

"Tenemos madres y padres con hijos. Los niños deberían poder convivir con normalidad con el hecho de que su progenitor sufra un trastorno mental, pero si no se trata, tienen más riesgos de desarrollar trastornos", alerta. Y es que son muchos los que se quejan de las dificultades para compaginar el trabajo con el tratamiento en la sanidad pública. Las consultas se realizan por la mañana y muchos "deben decidir entre mejorar la salud o seguir en el trabajo", lamenta Voltas.

Además, muchos no pueden pagar los más de 4.000 euros al mes que cuesta un tratamiento privado. Por eso, ACAB ha pedido a Salut programar visitas por las tardes, así como más recursos para los hospitales y los ambulatorios, que no pueden ofrecer el seguimiento psicológico que requieren estos trastornos.

Otro problema añadido en el caso de los adultos es que las familias no reciben información sobre su estado al ser mayores de edad. "Las familias se sienten perdidas", agrega, y, sin querer, pueden actuar de forma contraproducente. Por eso, Voltas anima a implicarlas, pues son claves para la recuperación.

Marta Voltas admite que "la exposición del cuerpo no haya dejado de aumentar" en el cine y la televisión, pese a que algunos medios y publicistas quieren ayudar a combatir estos trastornos. De hecho, en diciembre se aprobó un decálogo de buenas prácticas para fomentar una imagen corporal sana en los medios de comunicación y la publicidad. "Muchos publicistas lo han suscrito pero hay anunciantes presionan para elegir determinados modelos", lamenta.