El consejero de Sanidad de la Junta de Castilla y León, Antonio María Sáez, ha justificado la no implantación de un acelerador lineal en Ávila por el número de pacientes que reciben tratamiento de radioterapia y por la calidad y seguridad necesarias para atender un servicio de estas características.

El número de pacientes de Ávila con estos tratamientos fueron 387 en el último año, de los que 261 fueron atendidos en Salamanca, y el resto en Madrid o en Talavera de la Reina (Toledo) por proximidad geográfica a estos lugares, más lejanos a la capital abulense.

Para contar con un servicio se requiere un "ámbito poblacional de 400.000 habitantes", ha explicado el consejero de Sanidad, Antonio María Sáez, quien en rueda de prensa ha aludido a criterios de "calidad y seguridad" que no podrían darse descentralizando los tratamientos de radiología, de acuerdo a informes y criterios científicos.

"La desconcentración del tratamiento y la aspiración de disponer de servicios de oncología radioterápica en todas las provincias conduciría a la creación de servicios dispersos, que tratarían a un escaso números de pacientes con plantillas profesionales más reducidas y sin experiencia", ha explicado.

Esto provocaría una "asistencia de menor calidad que la ofrecida en servicios que atienden a una mayor población con más casuística, mayor experiencia profesional y utilizando terapias avanzadas".

El consejero ha argumentado que en el caso de Cardiología está asumido que los pacientes de Ávila acuden a los tratamientos de hemodinámica a Salamanca, según ha puesto como ejemplo.

También ha señalado que las recomendaciones científicos es que haya al menos dos aceleradores lineales en cada lugar donde existe este servicio, lo que sucede en los hospitales de Castilla y León.

En el caso de Zamora, según ha explicado, se trata de una bomba de cobalto que se implantó con otros criterios antes de las transferencias sanitarias y que se encuentra vinculado al Complejo Asistencial de Salamanca.