El presidente de la sala de lo penal de la Audiencia Nacional, Fernando Grande-Marlaska, ha afirmado este sábado que la legislación española en materia de violencia de género está en el "aprobadillo", por lo que ha instado a estar "con las defensas en alto" para atajar esta lacra.

Durante su comparecencia en Santiago en el II Congreso Internacional de Intervención y Prevención de la Violencia de Género, Grande-Marlaska ha recordado los avances que se produjeron durante los últimos años en esta materia, que son un ejemplo para Europa, pero ha apelado a la responsabilidad ya que, a su juicio, aún "hay mucho que hacer".

Este magistrado, que fue titular del Juzgado Central de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional entre 2007 y 2012, ha recordado que en lo que va de año han fallecido 45 mujeres por violencia de género, de las que solo 14 habían denunciado y 8 habían conseguido medidas de protección, pero en el momento de los hechos solo tres las tenían vigentes.

Ante estas circunstancias, Grande-Marlaska ha invitado a reflexionar, estudiar y analizar los números para entender y poder atajar de raíz porque a pesar de "confiar en la Administración" y conseguir esas medidas cautelares contra su agresor, las víctimas acaban siendo asesinadas.

Para combatir esta lacra, el magistrado ha apelado a una "profesionalización y especialización" continua de todo el personal involucrado, de manera que sea exigente asimismo con todos los miembros de la carrera judicial, siguiendo, además, un mismo criterio uniformador.

Grande-Marlaska, que ha calificado estos asesinatos como "crímenes de odio", ha apostado por "desterrar los estereotipos" para atajar la violencia de género, a través de una política de prevención, pero siendo "cuidadosos, tajantes y determinantes", por ejemplo, con el asunto de las denuncias falsas.

En esta línea, el juez ha detallado que en 2012, de las 530 sentencias dictadas contra este tipo de delitos, solo el 0,19% se clasificaron como tal, y de todas las denuncias presentadas durante ese mismo ejercicio, la Dirección General de Policía fijó como ficticias el 0,014%.

Por ello, el magistrado ha apelado a una "no victimización" de estas mujeres, un factor que también se recoge en el anteproyecto del Estatuto de las Víctimas, una legislación jurídica que pretende mejorar la existente ahondando en las medidas "preprocesales y procesales", como, por ejemplo, evitando la comparecencia en el juicio oral de la mujer agredida proyectando un vídeo de la primera declaración, ya que "nada nuevo añadiría" que completara esa información, y así se evitaría un daño mayor.

Sobre la ley orgánica de 2004, ha apreciado que ha sido "un avance importante", un hecho que se demuestra con su inclusión en los manuales de buenas prácticas legislativas de Naciones Unidas.

Así, ha advertido de que hoy en España hay 106 juzgados exclusivos y especializados en materia de violencia de género contra la mujer, mientras otros 355 órganos son sedes compartidas, pero ha avanzado que sería necesario implantarlos en todo el Estado.

Esta norma, ha continuado, también ha ayudado a que este tipo de delitos "salgan del ámbito privado y familiar", para hacer visible a la sociedad que son "crímenes" contra los derechos de las mujeres.

Grande-Marlaska ha subrayado la eliminación de las tasas judiciales para los litigios, haya o no haya menores en medio, donde subyace un caso de violencia de género, un factor para que la mujer "no sufra un daño complementario en su recuperación personal".

No obstante, a pesar de estas mejoras, el juez ha indicado otros aspectos en los que se está trabajando en la actualidad, como la modificación del Código Penal para que no se pueda substituir las penas consideradas leves por otros castigos, como por ejemplo una multa.

Acerca del anteproyecto de ley del ejercicio de corresponsabilidad parental, en el que se recogen los derechos de guardia y custodia de los menores, Grande-Marlaska ha incidido en la necesidad de proteger a los niños, considerarlos "víctimas directas" y no indirectas, para que no puedan ser utilizados por el agresor para causar daño a la madre.