El testigo, agente del CNI, acudió a Asturias en la mañana del 16 de marzo de 2004, a raíz de la aparición de unos detonadores. "Nos reunimos con Caolines de Merillés, porque era probable que la sustracción se hubiera producido en una mina", afirma pausado el testigo.

El agente recuerda que los representantes de Caolines de Merillés le explicaron que usaban detonadores poco habituales, para no estropear los caolines extraídos.

"Pedimos una lista de trabajadores que manejaban explosivos, también ratios de relaciones de material explosivo y detonadores extraídos y al día siguiente quedamos para ver a los responsables directos del control de los explosivos", matiza.

En la tarde noche del día 16, el agente se enteró de la existencia de unas llamadas desde Avilés con el teléfono de algunos de los sospechosos. "Había un intercambio de llamadas con el teléfono de Carmen Toro", asegura.

Entrevista con Suárez Trashorras

Al día siguiente, los agentes se desplazaron a la comisaría de Avilés, para hablar con Carmen. "Me dijeron que era la esposa de Suárez Trashorras, y le llamaron", afirma el agente.

Cuando Suárez Trashorras llegó a la comisaría, comenzaron unas conversaciones "muy largas y casi amigables".  "Al principio no nos decía nada, pero luego nos comentó que unas personas que él conocía podían tener algo que ver con los atentados por una conversación días antes", declara el testigo, quien recuerda que mencionó el nobre de una tal Mowgli.

"Las informaciones proporcionadas por Trashorras fueron comunicadas, puntualmente, a la central", recuerda el agente. Al día siguiente —día 18—, Suárez Trashorras fue detenido.

La llegada de Carmen Toro

"Carmen Toro procuraba desvincularse en todo momento de los negocios de su marido", reconoce el agente del CNI.

No obstante, y según el testigo, "Carmen era una buena baza para que su marido colaborase".

Sigue el juicio del 11-M en el especial de 20minutos.es