Isabel Steva Hernández, conocida artísticamente como "Colita", era galardonada este jueves con el Premio Nacional de Fotografía 2014, que concede el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y está dotado con 30.000 euros. Sin embargo, no lo recogerá y ni siquiera quiere tenerlo: este mismo viernes escribía una carta al ministro de Cultura y Educación, José Ignacio Wert, rechazando el premio.

La fotógrafa asegura en la carta que ignora "donde reside este ministerio, e incluso si existe como tal. En cualquier caso, yo no lo conozco", refiriéndose al Ministerio de Cultura y Educación, que asegura se encuentra en una situación de "pena, vergüenza y dolor de corazón".

En una carta, distribuida a través de las redes sociales, Colita agradece al jurado del premio y que hayan pensado en ella para esta distinción, pero justifica su decisión precisamente en uno de los valores que le reconocía el jurado, "el compromiso con su época".

"Habrá que esperar con ilusión, otros tiempos, otras gentes, otros gobiernos, que nos devuelvan a nosotros el orgullo y a ellos el honor", dice en su carta la fotógrafa, en la que asegura que no sería consecuente aceptar un premio de un Gobierno que representa lo mismo contra lo que ha luchado.

"Así pues, de momento, sr. Wert, no me apetece salir con vd. en la foto", termina la carta, a la que le hace una postdata: "Mi condición de ciudadana catalana y la situación actual, nada tiene que ver con mi renuncia. No hagan inventos. Creo y milito en la Cultura Universal".

Desde el Ministerio aseguran que no les consta de forma oficial la renuncia de la fotógrafa al premio.

El jurado que concedió el premio destacaba su "trayectoria de más de cinco décadas como fotógrafa en varios medios (fotoperiodismo, retrato, ensayo fotográfico), además de autora de fotolibros tan reconocidos como 'Luces y sombras del flamenco' y 'Antifémina'".

"Ha sido una fotógrafa comprometida con su época, en particular en la defensa de los derechos de la mujer. En su fotografía siempre se encuentra humor, inteligencia e ironía", señalaba.

Colita (Barcelona, 1940) está considerada la fotógrafa de la denominada Gauche divine barcelonesa y está especializada en retratos. Su obra figura en la colección del Museo Nacional D'Art de Catalunya. En 1998, el Ayuntamiento de Barcelona le impuso la Medalla al Mérito Artístico, junto a los fotógrafos Oriol Maspons y Leopoldo Pomès, y la Generalitat de Catalunya, la Creu de Sant Jordi 2004. Colita, en 44 años de profesión, ha realizado más de 40 exposiciones y publicado más de 30 libros de fotografía.

El músico Jordi Savall renunciaba al Premio Nacional de Música hace apenas diez días por estimar que procede de un Gobierno responsable del "desinterés y la incompetencia" en la defensa del arte y de "menospreciar a la inmensa mayoría de músicos que con grandes sacrificios" dedican sus vidas a mantener vivo el patrimonio musical hispánico, ya que ·sin ellos todas las músicas medievales, renacentista y barrocas no existirían".

En un comunicado, Savall agradecía el reconocimiento que supone la concesión del Premio, pero señalaba que renunciaba al mismo"con profunda tristeza" y "esperando que este sacrificio sea comprendido como un acto revulsivo en defensa de la dignidad de los artistas y pueda, quizás, servir de reflexión para imaginar y construir un futuro más esperanzador para nuestros jóvenes".

De hecho, Colita es la tercera en la lista de catalanes que renuncia a un Premio Nacional, si sumamos el de Savall y el de Els Joglars, aunque este hace 20 años. Es, además, la sexta artista que declina un galardón de estas características.

El escritor Javier Marías, que había sido galardonado con el Premio Nacional de Narrativa 2012, concedido por su obra Los enamoramientos, lo rechazó por ser "un galardón institucional, oficial y estatal, otorgado por el Ministerio de Cultura".

En noviembre de 2010 el escultor Santiago Sierra rechazó el Premio Nacional de Artes Plásticas. Sierra, en una carta dirigida a la entonces ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, afirmó que el arte le había otorgado una libertad a la que no estaba dispuesto a renunciar y precisó que este premio instrumentalizaba en beneficio del Estado el prestigio del galardonado.

En 2001 el diseñador gráfico madrileño Daniel Gil rechazó la distinción extraordinaria que se le otorgaba con motivo del décimo aniversario de los Premios Nacionales de Diseño, convocado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología.

En 1994 la compañía teatral Els Joglars, dirigida por Albert Boadella, rechazó el Premio Nacional de Teatro. Boadella explicó que el grupo teatral se sentía pagado suficientemente con el entusiasmo del público que siempre habían tenido en los momentos más complicados para Els Joglars, cuando nadie se atrevía a concederles un premio oficial.

En otros casos, algunos artistas españoles han rechazado ser distinguidos con alguna condecoración; como ocurrió con el escritor Álvaro Pombo, que en 2003 rechazó la Medalla de Plata de Santander, concedida por el ayuntamiento cántabro, o el también escritor Juan Goytisolo, que rechazó la Legión de Honor de Francia.