Carmen Benito, 58 años: "En cuatro años en paro no he tenido ni una entrevista de trabajo"

Carmen Benito, 58 años, lleva cuatro años el paro y en todo este tiempo todavía no ha conseguido ni una entrevista de trabajo.
Carmen Benito, 58 años, lleva cuatro años el paro y en todo este tiempo todavía no ha conseguido ni una entrevista de trabajo.
JORGE PARÍS
Carmen Benito, 58 años, lleva cuatro años el paro y en todo este tiempo todavía no ha conseguido ni una entrevista de trabajo.

A sus 58 años, Carmen Benito Huerga repite cada mañana un ritual. Se sienta en el ordenador de su casa y se imagina en el departamento de administración de una empresa ficticia. Les prepara nóminas, presupuestos... Es como una gimnasia diaria a base de excel y hojas de cálculo que practica para no sucumbir a la frustración de llevar cuatro años en el paro sin una sola entrevista de trabajo.

Benito forma parte del colectivo de mayores de 45 a 64 años gravemente afectados por el paro crónico, al que señala el Consejo Económico y Social en un reciente estudio que reclama la acción urgente de las administraciones. Su situación ejemplifica a la perfección aquella de 907.000 mayores de 45 años con serias dificultades para reingresar en el mundo laboral.

"Solo he trabajado en dos empresas. Primero muchos años en un despacho de abogados y después 17 más en una empresa de artes gráficas, donde empecé como contable. El negocio fue creciendo y yo progresando hasta situarme como director financiero, siendo la responsable de toda la administración. Llevaba la tesorería, solventaba las incidencias que surgen en el día a día de una empresa con 110 trabajadores", explica. Pero llegó la crisis y el volumen de trabajos de impresión de cartelería y libros decayó hasta forzar el concurso de acreedores de la empresa. Así ingresó en las filas de paro en diciembre de 2010.

Experiencia, un valor a la baja

"Sales al paro con ansias de seguir comiéndote el mundo", dice, "por la actividad compleja que había tenido pensaba que no sería un problema para mí encontrar de nuevo trabajo. Hago mi currículum, lo presento en las ETT y en otras empresas de colocación, en Internet (Infojobs y Linkedin). Me pongo a hacer cursos de lo que domino menos... Pero en ningún momento he sido seleccionada para una entrevista de trabajo".

Carmen Benito lleva su currículum en el móvil, desde donde lo envía diariamente a todas las ofertas laborales que salen. Unas tres o cuatro al día. Está dada de alta en todas las app de búsqueda activa de empleo, hasta la fecha sin éxito. "En ninguna oferta piden una persona de mi edad, pero yo siempre las presento, aunque establezcan menos edad. Porque pienso que soy muy válida y tengo gran capacidad de trabajo". En la pantalla del móvil está acostumbrada a leer el desolador mensaje de "su currículum ha sido descartado".

Una parte de Carmen Benito quiere entender el posicionamiento de los departamentos de recursos humanos y cree que la descartan por su edad automaticamente. "Las grandes empresas están prejubilando a gente de mi edad y las pequeñas, con la crisis, se han convertido en empresas familiares. Entiendo que los que buscan elijan a una persona de 30 años que piensan se va a adaptar más fácilmente. Pero yo no creo que sea así. Las personas de mi generación a pesar de no haber crecido con el ordenador nos sentamos delante de uno con 40 años y llegamos a dominarlo. Y tenemos la experiencia de haber trabajado muchos años. Somos muy válidas. Pero si ni siquiera tienes una entrevista para explicar tu valía, es difícil".

En tiempos en los que los currículums se apilan por miles minutos después de hacerse pública una oferta laboral, Carmen Benito reconoce que opta ya a todo tipo de trabajos. "Tampoco aspiro a puestos de responsabilidad como tenía, pero nadie me llama".

A la jubilación desde el subsidio

Reconoce que la situación le produce "frustración" pero se resiste a tirar la toalla. "No, eso no. Yo sigo haciendo cursos, me siento en el ordenador y con los libros me pongo al día para que no se me olviden las cosas. Hay veces que me pregunto por qué sigo haciendo todo esto, pero me levanto y lo sigo haciendo".

Benito agotó la prestación por desempleo y cobra el subsidio mínimo para mayores de 55 años: 428 euros al mes. El informe del CES revela que en muchos casos de paro crónico en mayores de 45 años se da la perversa circunstancia de que en sus hogares los cónyuges también sufren desempleo o subempleo, complicando la ecuación para lograr subsistir. Es el caso de Carmen Benito. La situación de su marido es similar a la suya. "Él ahora ha tenido la suerte de encontrar un trabajo temporal, pero se terminará y no sabemos qué pasará después".

Con los hijos emancipados e independientes, afortunadamente, Carmen Benito reconoce que el matrimonio ha reducido al máximo sus necesidades desde que juntos ingresan cuatro veces menos que hace unos años. "Y ahí estamos, peleando los dos".

Los años de subsidio le van a pasar factura a la cuantía de su jubilación, bien lo sabe ella que se imaginaba esa etapa bastante más tranquila en lo económico. Pero de seguir así, sin empleo, planea intentar jubilarse a los 61 años. "Aunque seguiré intentando buscarme algo. Y si sale dejaría la jubilación y volvería a trabajar", deja a modo de recado, por si esto lo leen en alguna empresa que busque personal.

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