El actual jefe de gabinete de Mariano Rajoy, Jorge Moragas, animó y presionó a la exnovia de Jordi Pujol Ferrusol, Victoria Álvarez, para que denunciara el escándalo de los manejos de dinero negro de la familia del expresidente de la Generalitat.

Así lo reflejan una serie de SMS que Moragas y Álvarez se intercambiaron y que vozpopuli.com y eldiario.es han publicado este viernes en su cabecera digital. Esta conversación forma parte de la documentación que la Oficina Antifraude y la Audiencia Nacional tienen sobre el caso Pujol.

En la misma charla se ve como Moragas alentó a Álvarez para que llevara el caso a la UDYCO (la Unidad de Drogas y Crimen Organizado de la Policía) y a la Oficina Antifraude de Cataluña o, que en su lugar, hiciera una entrevista para denunciar el escándalo de la familia Pujol.

Las conversaciones entre Moragas y Álvarez comenzaron a darse el 20 de agosto del año 2012. Ambos son conocidos, excompañeros de instituto, por lo que en todo momento se tratan de una forma familiar: "Voy a hacer un monumento a tu cuerpo", le dice Moragas al saber que Álvarez ha denunciado ante la Policía, "mi cuerpo ya es un monumento", le contesta la exnovia de Pujol Ferrusola.

Antes, sobre noviembre de 2012 (al poco de que el debate soberanista en Cataluña hubiera tomado fuerza), Moragas le dijo a Álvarez: "Si dieses una entrevista y lo contases todo, salvarías a España y yo te haría un monumento. Besote".

Moragas es el jefe de gabinete de la presidencia del Gobierno y uno de los hombres de máxima confianza de Mariano Rajoy. Hasta la fecha el PP siempre había negado haber tenido conocimiento previo de los manejos de dinero negro de la familia Pujol.

El fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, por su parte, ha dicho que "las conversaciones con alguien que puedan declarar algo en un proceso" podrán tener "significación política", pero no "trascendencia estrictamente penal" para el proceso en cuestión.

"Hay dos planos, las actividades políticas, o preprocesales, correctas, lícitas, éticas o no éticas, respecto a los hechos, y luego las actividades procesales", ha remachado en una entrevista en la Ser. En todo caso, el fiscal ha querido ser prudente hasta que se confirme lo que ha calificado de "invasión de la intimidad de esa comunicación" algo que, además, ha afirmado que siempre le "preocupa".

Además, ha pedido que no se "mezclen" más hechos de los que derivan de las actuaciones judiciales. Así, ha recordado que hay hechos bajo investigación judicial, que en ellos ha aparecido "algunas de las personas" mencionadas en las conversaciones -en alusión a Álvarez- y que antes o después se conocerán los hecho.

Eso sí, ha admitido que no es buena la sospecha de que el aparato del Estado actúa en función de cada circunstancia y que cualquier sospecha de interferencia en la Justicia "no resulta especialmente positiva" para la credibilidad de las instituciones.