Bob Willoughby, el fotógrafo que mejor amó a Audrey Hepburn

  • El reportero, fallecido en 2009, fue el primero que hizo fotos promocionales en los grandes rodajes de Hollywood sorprendiendo a los actores con las defensas bajas.
  • Depuró el estilo en 'Vacaciones en Roma', la primera gran película de Hepburn, a quien no dejó de retratar con una veneración que rozaba el amor.
  • "Me deslumbró con aquella sonrisa que Dios creó para derretir el corazón de los mortales", declaró el fotógrafo, de quien editan una antología de fotos de la musa.
Vestida con una llamativa malla roja, Audrey Hepburn hace estiramientos en el set de rodaje de 'Mansiones verdes'
Vestida con una llamativa malla roja, Audrey Hepburn hace estiramientos en el set de rodaje de 'Mansiones verdes'
© 2010 Bob Willoughby
Vestida con una llamativa malla roja, Audrey Hepburn hace estiramientos en el set de rodaje de 'Mansiones verdes'

"Me tendió la mano como si fuera una princesa y me deslumbró con aquella sonrisa que Dios creó para derretir el corazón de los mortales". Resumen formulado por el fotógrafo Bob Willoughby (1927-2009) de su primer encuentro con la actriz Audrey Hepburn (1929-1993). El encanto de ella, el aire de lirio delicado que la convirtió en una superestrella en vida y la prestancia humilde que ha elevado su categoría a la de mito popular, hicieron el milagro, porque el retratista no estaba nada convencido del trabajo que le había conseguido su agente: fotografiar el rodaje del debut en un papel protagonista de aquella recién llegada a Hollywood, Vacaciones en Roma.

Como tantas otras veces sobre tantos corazones, Audrey Hepburn cambió la vida de Willoughby, que la quiso intensamente durante años con una veneración platónica a la que nadie tiene derecho a no llamar amor. La cámara fue el instrumento de la relación y la amistad que cimentaron el fotógrafo y la musa fue el terreno del que salieron algunos de sus mejores retratos. Ahora vuelven a estar al alcance del público en la antología Bob Willoughby: Audrey Hepburn. Photographs 1953–1966.

'Retrospectiva única'

El libro, tras varios años agotado, reeditado por Taschen [edición plurilingüe: español, italiano, portugués; 280 páginas y un PVP de 29,99 euros], es una "retrospectiva única de una de las mujeres más inolvidables del siglo XX", dicen desde la casa editorial con bastante razón. La sólida amistad de Willoughby con la actriz fue mucho más allá de los platós y los trabajos convenidos por contrato y quizá sean las fotos de Hepburn en los ámbitos privados o extracinematográficos —juguetenando con el hijo, aún un bebé, que tuvo con su primer marido, el actor Mel Ferrer; practicando estiramientos y gimnasia en el set de rodaje; yendo de compras al supermercado; regresando al hotel tras una sesión...—  las que mejor revelen el grado de complicidad y confianza que mantenía con el reportero.

Fotógrafo, como solía afirmar, "desde los 12 años", cuando le regalaron una cámara de plástico, Willoughby tiene una de las carreras más fascinantes y sólidas del siglo XX. Durante los años cincuenta se dedicó a dejar constancia del ambiente de humo, alcohol, ritmo y seducción de los muchos clubes de jazz del área de Los Ángeles. Ya entonces dió cuenta de un ojo envidiable para captar la tristeza, la elegancia y el abandono en retratos cándidos (sin pose del modelo) que mostraban mejor que cualquier foto de estudio el alma verdadera de los artistas. Son suyas algunas de las fotos más emotivas de Billie Holiday y, sobre todo, de Chet Baker.

El fotoperiodismo 'vende' mejor

Cuando hizo, casi por casualidad, el reportaje sobre Vacaciones en Roma y otro sobre Judy Garland durante la filmación de Ha nacido una estrella los estudios Warner Bros se dieron cuenta de que el fotoperiodismo podía vender mejor las películas que las amañadas imágenes de promoción al uso y ficharon a Willoughby como fotógrafo de unidad para trabajar en los platós. Siguió empleando las mismas tácticas que en los locales de jazz: intentar sorprender a los actores con las defensas bajas, mostrando un retrato más profundo y con más matices que cualquier posado al uso.

El reportero, que fue considerado "el hombre que inventó la foto periodística fija de cine", logró durante más de dos décadas imágenes imborrables que trazan mejor que una enciclopedia la historia del cine de la época: Frank Sinatra en contraluz en El hombre del brazo de oro; Jane Fonda concentrada en Danzad, danzad, malditos; Marilyn Monroe dentro de sí misma en El multimillonario; Dustin Hoffman recibiendo instrucciones en calzoncillos en El Graduado; James Dean repasando el guión de Rebelde sin causa; un inesperado encuentro entre Elvis Presley y Sophia Loren... En fin, los cinéfilos pasarán un rato inolvidable visitando la sección dedicada a Hollywood de la web del fotógrafo.

Pero las fotografías más queridas para el reportero, aquellas que consideraba "inolvidables y entrañables" fueron las que hizo a su gran musa, Audrey Hepburn. La colección, añaden desde la editorial, revela "las muchas facetas de la belleza y la elegancia" de la actriz "mientras se convertía en una estrella rutilante".

Mostrar comentarios

Códigos Descuento