Tendría nombre cuando sus padres la dejaron en la lancha neumática que partió de Marruecos con destino a las costas de Europa. Lo dejó de tener durante el viaje, y ahora, tras ser rescatada juntos con centenares de subsaharianos más, vuelve a tenerlo: Princesa.
Es la niña de menos de un año de vida que llegó este martes sola, sin familiares, en una de las decenas de frágiles embarcaciones que cruzaron el Estrecho entre el lunes y el martes y de las que han sido rescatadas más de mil personas, una cifra sin precedentes desde hace años en España.
Princesa, cuyos padres tuvieron que quedarse en tierra tras un altercado con los agentes marroquíes, es el primer bebé de tan corta edad que llega a nuestras costas sin familia. Tras ser atendida a pie de puerto por voluntarios de Cruz Roja, tenía fiebre, Princesa fue arropada con mantas y durmió —según el relato de sus rescatadores— durante varias horas seguidas en una bañera sin despertarse; luego tomó dos biberones.
"Ha sido muy emocionante", ha confesado uno de los voluntarios que atendió a la pequeña. Otra de las personas que la asistieron, y que pasó las primeras horas cuidando de ella, lloró cuando la policía autonómica se hizo cargo de la pequeña. Ahora será la Junta de Andalucía la que custodiará a Princesa, que será trasladada a un centro de acogida de la comunidad.
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