En la sesión de tarde del martes del juicio por el- 11-M se oyeron testimonios de testigos que corroboraban que la mina Conchita no tenía suficientes medidas de seguridad, que los explosivos eran usados sin control alguno y que de allí extrajo Trashorras los explosivos junto a Jamal Ahmidán, el Chino.

Sin medidas de seguridad

Dos hermanos mineros, que trabajaban en la mina ha relatado como no había control sobre la cantidad de explosivos que usaban.

"No había ningún control con relación ahora", ha declarado Gonzalo López, el primero de los hermanos en declarar .

Su hermano, Ramiro López, ha corroborado las nu las medidas de seguridad con las que no contaba la mina: "Yo no vi vigilancia por la tarde cuando nos íbamos (...) y en fin de semana no había ninguna vigilancia", ha asegurado el testigo.

Los explosivos sin control

Si las medidas de seguridad eran nulas, el control sobre el uso de los explosivos era prácticamente inexistente. "Nosotros cogíamos lo que necesitábamos para el tajo, y el resto lo dejábamos allí en la boca de la mina", ha afirmado Rodrigo.

Por si fuera poco, los mineros ni siquiera tenían un mono de trabajo proporcionado por la empresa: "Usabamos ropa vieja, vaqueros, cualquier cosa (...) la empresa nos paga por la vestimenta, pero no nos da ropa", ha asegurado Ramiro López.

Sin vigilancia, con las llaves al aire, cualquiera que conociera podía sustraer la Goma 2 Eco de la Mina Conchita, único explosivo con el se proveía a la mina . Según la declaración de el Gitanillo, ese cualquiera alguien fue José Emilo Suárez Trashorras.

Los viajes de Trashorras a la mina Conchita

La declaración con la que se cerraba la sesión de hoy ha sido la de Gabriel Montoya , conocido como el Gitanillo.

Montoya, además de trasportar una de las mochilas con los explosivos de Avilés a Madrid- hecho probado por sentencia judicial - acompañó a Trashorras a la mina Conchita.

Allí, desde el coche, el Gitanillo vio como hablaba con dos hombres vestidos con mono azul de trabajo. Cuando volvía a Avilés, Trashorras le dijo a El Gitanillo: "Todo estaba hecho"

Pocos días después, el Gitanillo acompoñó a Trashorras, a el Chino y a otro dos hombres a la mina Conchita, donde cargaron hasta en cuatro viajes unas mochilas -compradas previamente en un Carrefour - con explosivos. El Gitanillo fue el guía por esas carreteras, mientras Trashorras se quedó en su casa.

A los pocos días, el Gitanillo le preguntó a Trashorras porqué el Chino queríalos explosivos: "Emilio me dijo que lo querían para estallar los escaparates de las joyerías."

Sin embargo, cuando pasaron los atentados, el Gitanillo escuchó a Trashorras: "Menuda ha armado el Mogwli", apodo con el que conocía a Jamal Ahmidan, el Chino.