El número de presos etarras es el más bajo en 15 años, 498, mientras el colectivo se fractura

  • En los dos últimos años 115 reclusos de ETA han salido de prisión, unos 70 tras la derogación de la retroactividad de la 'doctrina Parot'. Quedan 498.
  • La disciplina que siempre ha mantenido el EPPK, que dirige a los presos, se ha empezado a resquebrajar por la falta de liderazgo y el inmovilismo del Gobierno.
  • Ha nacido 'Amnistía eta Askatasuna', que no apuesta por la reinseción individual sino por la amnistía general y postulados más radicales.
Oihana San Vicente, detenida en octubre de 2009 en Francia como miembro del aparato político de ETA, fue excarcelada en marzo de este año tras cumplir cinco años de prisión.
Oihana San Vicente, detenida en octubre de 2009 en Francia como miembro del aparato político de ETA, fue excarcelada en marzo de este año tras cumplir cinco años de prisión.
Gazteiraultza.info
Oihana San Vicente, detenida en octubre de 2009 en Francia como miembro del aparato político de ETA, fue excarcelada en marzo de este año tras cumplir cinco años de prisión.

Pocos y mal avenidos. O mejor dicho, cada vez menos y empezando a estar seriamente divididos. El colectivo de presos etarras cerró el mes de marzo con su número más bajo en los últimos 15 años, según reconoce Etxerat, la organización de apoyo a los reclusos de la banda. Sin embargo, el inmovilismo en el llamado 'proceso de paz' en el País Vasco, sin apenas avances en la política penitenciaria por parte del Gobierno (a excepción de la derogación de la retroactividad de la 'doctrina Parot'), ha provocado que se empiecen a detectar importantes fracturas en el colectivo de reclusos etarras, caracterizado por ser uno de los bloques más sólidos del entramado de ETA.

En los dos últimos años el número de presos etarras se ha reducido considerablemente. Si en el verano de 2012 había 613 presos en el colectivo (446 de ellos en cárceles españolas y el resto en el extranjero), en marzo de este año la cifra se ha reducido a 498 (390 en España, aunque siete de ellos están en casa por enfermedad grave e incurable), la cifra más baja en los últimos 15 años. Obviamente, en esta reducción (115 internos menos) ha influido mucho la derogación de la 'doctrina Parot', que ha liberado a más de 70 etarras desde octubre de 2013. Aparte del fin de la 'doctrina' Parot, el goteo de excarcelaciones es constante. En marzo de este año, por ejemplo, han sido liberados 14 reclusos de ETA. En febrero, 13; y en enero otros nueve.

En teoría, las aguas deberían bajar más calmadas en las cárceles desde que el Colectivo de Presos de ETA (EPPK en sus siglas en euskera) anunciara el pasado 28 de diciembre su disposición a acogerse a los beneficios penitenciarios recogidos en la ley. En marzo, algunos reclusos, sobre todo enfermos y mayores de 70 años, comenzaron a pedir, por primera vez de manera individualizada, el traslado a cárceles del País Vasco o su excarcelación, según los casos. Pero la disciplina que siempre ha implantado el EPPK se ha empezado a resquebrajar y se ha creado una especie de escisión dentro del llamado 'frente de makos' (los presos). Se trata de 'Amnistía Ta Askatasuna', que exigen la amnistía para todos los presos. Este grupo crítico, de momento pequeño, no apoya la reinserción que ahora defiende el EPPK, sino la aministía, lo que supone reconocer el "carácter político" de los presos y los represaliados (huidos).

Esta división creciente se ha notado en las últimas elecciones europeas. 76 internos etarras, el 20% de los recluidos en España, renunciaron a votar el pasado 25M, jornada en el que su brazo político, ahora integrado en Bildu, se presentó en la candidatura 'Los Pueblos Deciden', que finalmente obtuvo un escaño. La cifra de abstencionistas entre los presos ha crecido si se comparan estas cifras con las elecciones generales de 2011, un mes después de que ETA anunciara el cese definitivo de la violencia. Entonces votaron el 91,3% de los presos etarras y apenas 48 etarras rechazaron participar.

Bajo la influencia de 'Ibil'

'Amnistía eta Askatasuna' está vinculado ideológicamente a la Asamblea Revolucionaria 'Ibi'l ('Ibil' significa caminar en euskera), una especie de nuevo movimiento radical que no comparte los actuales postulados de la izquierda abertzale ni el inmovilismo en el que ha entrado ETA. 'Ibil' apuesta por la lucha armada y está en fase embrionaria, es decir, captando militantes. Sus líderes son el etarra huido Fermín Javier Sánchez y el preso Iñaki Bilbao, según informó el diario El Mundo. Ibil pretende ser una alternativa a ETA, y tener influencia en los presos etarras, incluso crear un nuevo sindicato abertzale y una organización juvenil.

El colectivo oficial de presos, el EPPK, se ha quedado bastante descolgado en sus comunicaciones con ETA después de que la Guardia Civil desarticulara en enero de 2014 al 'KT' o Grupo de Coordinadores, los abogados encargados de trasladar a los presos etarras las consignas de la dirección de ETA. Meses antes, en septiembre de 2013, había caído la dirección de 'Herrira', la plataforma que durante los últimos años viene capitalizando todos los actos de apoyo a los presos de la banda terrorista. Estos golpes policiales han sumido al colectivo de presos en una situación de desconcierto debido a la falta de un liderazgo claro. Las dificultades para articular estrategias o difundir sus mensajes y, sobre todo, la asunción interna por parte del EPPK de que el Gobierno del PP no dará pasos, han provocado las divisiones internas.

Todo parece indicar que el Gobierno del PP fomenta esa división interna con su negativa a dar pasos en política penitenciaria. El Ejecutivo vasco ya ofreció al Ejecutivo central un plan de flexibilización en las condenas para los reclusos etarras, dividido en cuatro fases y en el que se dividía a los presos en once grupos, en función de su condena, sus circunstancias personales y su reinserción. Dentro del EPPK la situación no se ve tan esquemática y los presos con largas condenas por delante están más cerca de las posturas de 'Amnistía eta Askatasuna', es decir, apuestan por una solución colectiva que englobe a todos porque creen que es la única forma de abandonar la cárcel. En este bloque se encuentran los presos considerados duros y más radicales.

Por otro lado están aquellos a los que les quedan pocos años para salir en libertad, que están incluso en tercer grado dentro de un proceso de reinserción, pero que aún así temen dar pasos sin el visto bueno de ETA. Su temor además se acentúa porque la desorganización que sufre el EPPK y la falta de liderazgo por parte de ETA provocan que no lleguen mensajes dentro de las cárceles.

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