El Gobierno de Aragón presentó en mayo de 2013 el Plan Impulso como proyecto estrella para remontar en la creación de empleo y frenar la destrucción laboral. Sin embargo, medio año después de su puesta en marcha apenas ha servido para crear menos de 3.000 puestos de trabajo directos, mientras que el número de parados se sitúa ya en las 114.000 personas, según los datos de enero de 2014.

Al menos teniendo en cuenta lo que el Instituto Aragonés de Empleo (Inaem) ha propiciado a través de las medidas de incentivo, subvenciones y orientación laboral que ha ido aplicando durante los últimos meses.

En total, este organismo ha gestionado 16.350.000 euros que han servido para crear 2.464 empleos directos más otros 240 provenientes de los planes de inserción. Es decir, cada puesto de trabajo creado con el Plan Impulso (2.704 en total a través del Inaem) ha costado de media 6.000 euros de dinero público, según los datos aportados  por el director del Inaem, Jorge Escario.

Y ni todos los puestos son indefinidos (ha habido 813 contratos de este tipo) ni está asegurada la continuidad del programa para este año. El propio Escario ha asegurado que el mantenimiento de los puestos de trabajo creados dependerá «del cumplimiento del déficit y de la flexibilidad del techo de gasto».

La mayor parte de los empleos (1.529) se han creado con incentivos a la contratación de jóvenes, mayores de 45 años y parados de larga duración. Se ha propiciado la creación de 288 nuevos autónomos, se ha orientado a 3.000 personas y se ha mantenido el empleo de 864 discapacitados.