Desde el pasado 21 de enero otra huelga ha vuelto a poner en jaque a un gobierno local en la Comunidad de Madrid. Tal y como le sucediera a Ana Botella en la capital, Alcorcón (170.000 vecinos) lleva dos semanas plagado de basuras debido al paro indefinido de los servicios de recogida, con supuestos actos de vandalismo y destrozos incluidos.

El conflicto parece estar enquistado, sobre todo después del último rechazo de los trabajadores a la propuesta de acuerdo lanzada por el equipo de Gobierno de la localidad (PP). Trabajadores y sindicatos del Ayuntamiento de Alcorcón volvieron  a concentrarse este martes frente al Consistorio contra la externalización y los recortes en el último acto de este conflicto que amenaza con prolongarse aún por más en el tiempo.

La huelga comenzó a raíz de la convocatoria de tres sindicatos (CC OO, CSIF y CGT) de la empresa pública Esmasa, dedicada al servicio de recogida de basuras en la localidad, después de que el Consistorio anunciara que la recolección de vidrio iba a pasar a manos de una asociación sin ánimo de lucro, Ecovidrio.

El Ayuntamiento ha asegurado que la huelga "no tiene sentido", ya que el convenio con esta asociación no supondrá ningún despido ni ningún recorte salarial, por lo que, según el Ejecutivo local, se trata de una huelga "política". Los trabajadores, sin embargo, parecen no fiarse, y echan mano de un acuerdo firmado hace dos años por el que el Gobierno local se comprometía a no externalizar durante la presente legislatura ningún servicio de los que presta la empresa municipal, incluido la recogida de vidrio.

Los sindicatos denuncian además el incumplimiento del convenio firmado el año pasado entre los trabajadores y el Ayuntamiento, por el cual el Consistorio también se comprometía a no externalizar ningún servicio de Esmasa. "El convenio fue publicado por el BOCM de la Comunidad de Madrid el pasado 28 de enero, por lo que tiene rango de ley. Ya lo están incumpliendo cuando no hace ni un mes de su publicación. El asunto lo hemos presentado a los tribunales, pero mientras se soluciona pueden pasar dos años", asegura, Eduardo Ortega, portavoz de CC OO en Esmasa, a 20minutos.

Ortega asegura también que los trabajadores ya se redujeron el sueldo para mejorar la situación de la empresa hace dos años a cambio de mantener sus puestos de trabajo. El Ayuntamiento, por su parte, ha asegurado que el sueldo de los empleados del Esmasa se sitúa entre los 2.700 y los 2.400 euros brutos mensuales. La plantilla de la compañía la componen, actualmente, 178 trabajadores.

En la reunión llevada a cabo este domingo (la última mantenida entre las dos partes) el Consistorio volvió a asegurar que los empleos y los sueldos de los trabajadores no corrían peligro, que Esmasa no se iba a disolver y que se consensuaría la externalización del vidrio con los empleados. Los sindicatos, por su parte, pidieron que el Gobierno local se comprometiera por escrito a no disolver la empresa, que el resto de servicios (a excepción del vidrio) continuarán en mano de los propios trabajadores de la empresa pública y que los contratos parciales de algunos trabajadores pasaran a ser completos.

"No pedimos ningún escrito notarial ni nada por el estilo. Tan solo un texto firmado que podamos mostrar por si dentro de unos años el Ayuntamiento incumple su palabra y se desmantela la empresa", afirma Ortega.

Los servicios mínimos estaban fijados al 50%, pero el Ayuntamiento ha denunciado múltiples actos de vandalismo por parte de los piquetes. Se habla, incluso, de la presencia de miembros antisistema, alentados por "partidos de izquierda", como destacó esta semana el propio presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González. Este lunes, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 5 de Alcorcón, puso en libertad a los 13 detenidos adultos (hubo, además, dos menores arrestados) por la policía el pasado sábado tras los disturbios registrados al final de una manifestación.

Los imputados están acusados de los delitos de atentado a agente de la autoridad, desobediencia, daños, lesiones y desórdenes públicos.

La consejera delegada de la Esmasa, Yolanda Pérez, ha señalado que ha recibido las primeras solicitudes de rescisión de contrato de recogida de residuos químicos porque la empresa "no lo puede prestar correctamente" desde que comenzó la huelga. Así, muchos de sus clientes ya están buscando otra compañía para que se haga cargo de la recogida de residuos.

El propio regidor local, David Pérez, ha asegurado que la viabilidad de Esmasa corre peligro, ya que la pérdida de contratos podría elevarse a los 600.000 euros, a los que habría que sumar los 30.000 euros diarios provocados por los destrozos y desórdenes públicos.

Al igual que pasara con la huelga de basuras de la capital, son los empleados de la empresa pública estatal Tragsa los que están realizando la labor. Tuvieron que comenzar un día más tarde de lo previsto debido a la acción de los piquetes. Ahora trabajan escoltados por la Policía.

Unas 200 toneladas, pero el Ayuntamiento ya estimó, en el décimo día de huelga, que la cantidad de residuos vertidos por las calles de la localidad supera las 700 toneladas.

El propio Gobierno local asegura que la acumulación de basuras "es una amenaza contra la salud". El mal tiempo que vive estos días la región ha tenido una parte buena y otra mala. Por un lado ha evitado la descomposición de los residuos orgánicos, pero por otro, el viento ha esparcido muchos residuos de los contenedores por las calles, como han denunciado algunos vecinos.

Pocas. El último intento fue este fin de semana. El Consistorio presentó un principio de acuerdo a los sindicatos, pero los trabajadores lo rechazaron en asamblea. El propio regidor local, David Pérez, ha asegurado que no cederá al "chantaje" de los sindicatos.