El Juzgado Penal número 1 de Vilanova i la Geltrú (Barcelona) ha condenado a un año y nueves meses de prisión a la directora de la guardería Tenimnens de Castelldefels por la muerte de un bebé de 17 meses que se atragantó el 28 de marzo de 2012. Su profesora también ha sido castigada con un año y tres meses de cárcel. La jueza las haya culpables de un homicidio por imprudencia profesional porque ninguna de las dos tenía conocimientos de primeros auxilios.

La sentencia declara probado que el 20 de marzo los padres de Kaiki accedieron a la propuesta de su profesora, quienes unos días antes les sugirió dar comida sólida a su hijo, pues picoteaba de sus compañeros y no quería purés. El día de los hechos, el niño comió con normalidad judías verdes con patata, pollo y pera, todo cortado en trocitos. Al terminar, su profesora lo condujo al ascensor junto a otros siete niños.

Algunos de ellos llevaban trozos de fruta sin que la profesora lo supiera y Kaiki tomó algunos y se atragantó por lo que empezó a toser. La maestra le extrajo un trozo de pera de la boca pero siguió tosiendo y al salir del ascensor, se desplomó. La procesada lo cogió en brazos y lo bajó corriendo ante la directora y llamó al 062. Dos trabajadoras del centro acudieron para practicar las maniobras de reanimación que les indicaron desde Emergencias. Sin embargo, ninguna de las dos procesadas intervino para evitar el fatal desenlace "debido a su falta de preparación en materia de primeros auxilios".

La sentencia recuerda que en niños mayores de un año que se ahogan, debe examinarse la boca y si no se puede extraer el objeto extraño, se debe realizar la maniobra de Heimlich, que combina compresiones abdominales y golpes en la espalda. Si el pequeño pierde la consciencia antes de expulsar el objeto, se debe practicar maniobras de reanimación cardiopulmonar.

El centro disponía de una licencia municipal pero no la de la que concede la Generalitat, pues no cumplía con los requisitos exigidos legalmente para tener el distintivo de guardería o jardín de infancia. Pese a los requerimientos de Educación, Tenimnens siguió anunciándose como guardería. Además, su directora no tenía la titulación exigida. Por todo ello, la jueza entiende que la directora contravino "las más elementales reglas de la experiencia exigibles" para un centro de esas características.

Por todo ello, no sólo las condena a sendas penas de prisión sino que también las inhabilita para ejercer de directora, tutora, maestra, educadora o cualquier cargo análogo en guarderías o centros educativos durante tres años y tres meses en el caso de la maestra y durante cuatro años, en el de la directora. Además, Tenimnens sólo podrá reabrir si obtiene la autorización de la Generalitat para usar el término jardín de infancia. La sentencia no incluye ningua indemnización para los padres de Kaiki, pues han renunciado a las acciones civiles que pudieren corresponderles.