Estaba citado a las 10.00 horas de este jueves, pero el expresidente y exmáximo accionista del Real Betis Manuel Ruiz de Lopera ha llegado a los juzgados de Sevilla a las 08.30 horas. Ha estado sentado ante la jueza Mercedes Alaya durante 40 minutos, pero se ha acogido a su derecho a no declarar, ya que tanto él como su abogado, José María Calero, consideran que "lo han aclarado todo por escrito". Si bien cuando ha abandonado el edificio, ha asegurado que tiene "más ganas de hablar que nadie".

La magistrada le ha imputado un delito de apropiación indebida y un delito societario por su gestión al frente del club. Alaya considera que Lopera entendía su relación con el Betis como "una fuente inagotable de negocio" con la que "conseguir ventajas económicas". La jueza ha cifrado en 24,7 millones de euros "el beneficio final y el correlativo perjuicio" para el club durante las 14 temporadas analizadas.

Según la magistrada, el expresidente verdiblanco utilizó dos empresas de su propiedad, Tegasa y Encadesa, para seguir "gestionando el Betis privadamente" desde la temporada 1999-2000.

Tras subrayar que Lopera se habría apropiado de fondos pertenecientes al club, Alaya ha puntualizado que "se cargaron al Betis gastos completamente ajenos a la actividad deportiva", relacionados con "inmuebles o donativos".

Asimismo, la jueza ha puesto de manifiesto algunos "contratos de interés" en los que la "autocontratación llegaría a su punto álgido, pues Ruiz de Lopera controlaría las tres entidades".

El letrado de Lopera considera que, "a la vista de todo lo instruido, puede descartarse por infundada la sospecha de que, conforme a un plan criminal desarrollado a lo largo de 18 años", su cliente "se haya apropiado o haya distraído fondos" del Betis. Por este motivo, Calero ha solicitado a la jueza Alaya que archive la causa contra el expresidente.