"La Administración, que debería ser nuestra aliada, es, en muchas ocasiones, nuestro enemigo". Este es el resumen que la asociación Madrid, Ciudadanía y Patrimonio hace al hablar del estado de conservación de los bienes históricos y artísticos de la capital de España.

Con motivo del Día Internacional del Patrimonio Cultural, que se celebra el 16 de noviembre, el colectivo organizó este lunes un recorrido destinado a alertar a los ciudadanos de las "demoliciones, expolios o amenazas" que sufre la ciudad. Su diagnóstico es que muchos de los inmuebles y lugares protegidos por ley se encuentran en situación de "alerta roja".

Algunos son de titularidad municipal. Otros, pertenecen a particulares, pero la ley establece que el Ayuntamiento tiene la obligación y la capacidad de conservarlos o restaurarlos enviando después la factura a sus propietarios si estos no los cuidan, porque son bienes protegidos y catalogados.

"En general, la actitud municipal es de desinterés. No existe una preocupación por el patrimonio de Madrid, por aquello que la hace reconocible. Luego, el Ayuntamiento se queja de que los turistas dejan de venir, cuando los bienes artísticos, arquitectónicos y naturales de la ciudad son una gran fuente de visitantes", critica el arquitecto Álvaro Bonet.

Alberto Tellería, también arquitecto, señala que la situación no es mucho mejor cuando el Consistorio toma la iniciativa: "Ha convertido el centro en un muestrario de publicidad. Las fachadas racionalista y Art Decó del edificio Capitol y los Cines Callao están llenas de luminosos y pantallas gigantes. En el Paseo del Prado, ha cedido gratis un edificio para que el arquitecto Antonio Ambasz levante un museo de cristal con jardines verticales que rompería toda la estética de la zona".

La última reforma de la Puerta del Sol —impulsada por Ana Botella solo cuatro años después de la última que hizo Alberto Ruiz-Gallardón— tampoco gusta a los especialistas: "La alcaldesa quiere ahora poner un chiringuito y árboles en una plaza que nunca los ha tenido. Bastante hicieron llenándola de cemento", insiste Tellería.

Para Isabel Gea, periodista y estudiosa de Madrid, la puntilla a esta situación la dará la nueva Ley de Patrimonio de la Comunidad de Madrid, una normativa que rebaja la protección de los edificios catalogados o protegidos como bien de interés cultural (BIC). "Mi libro favorito es el del Madrid desaparecido, que es cada vez más gordo. Aquí no se cuida nada: o se entierra o se olvida", sentencia.

Sin embargo, no todo se hace mal. Álvaro Bonet pone en valor, por ejemplo, la recuperación del Matadero: "Se han conservado bastante bien los valores del edificio, que estuvo amenazado de demolición varias veces. Aún quedan muchas partes por tocar y se ha eliminado el cerramiento que tenía para integrarlo en Madrid Río, pero no está mal. Es una excepción".

También lo sería el Palacio de las Comunicaciones —nueva sede del Ayuntamiento de Madrid—, pero los especialistas encuentran lagunas en la recuperación de elementos autóctonos y la eliminación de añadidos que no corresponden con la arquitectura original. "Además, ha sido una obra carísima", concluye Bonet.

Casa de la Duquesa de Sueca (Siglo XVIII / Plaza del Duque de Alba, 2) > Edificio con protección integral y única obra conocida del arquitecto neoclásico Antonio de Abajo. Fue escuela, casa señorial, colegio y hasta el primer cuartel de la Guardia Civil en Madrid. El Ayuntamiento pagó por él 4 millones de euros en 1998. En abril, dos informes del área de Urbanismo confirmaron que se encuentra en estado de ruina debido a los años de "total abandono" por parte del Consistorio.

Frontón Beti-Jai (s.XIX / Calle del Marques de Riscal, 7) > Bien de Interés Cultural (BIC) desde 2011. Diseñado por Joaquín Rucoba. Es uno de los edificios de espectáculos deportivos profesionales más antiguos del mundo. El Ayuntamiento pelea por expropiarlo. Mientras, exime a los propietarios de conservarlo, por lo que ha sufrido importantes daños. En caso de ser recuperado, podría ser declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Palacio de Ustáriz (s.XVIII / Calle de San Mateo, 25) > Levantado bajo la supervisión de José Pérez. Catalogado como edificio singular. Pertenece a Juan Antonio Roca, principal acusado de la 'operación Malaya'. El Ayuntamiento autorizó a derribar la caballerizas, arrasar el jardín histórico (protegido) y aumentar la fachada para convertirlo en hotel, pero el proceso judicial dejó los trabajos a medias. Conserva ricos interiores con yeserías decimonónicas.

Corredera 20 (s.XVIII / Corredera Baja de San Pablo, 20) > Perteneció a la Orden de Malta y luce el único escudo de la orden en Madrid. La madre de Antonio Machado se mudó a este inmueble en 1909. El Ayuntamiento lo adquirió en 1991, pero en 2010 lo puso a la venta por 5 millones de euros. No ha conseguido venderlo. Se encuentra apuntalado y en mal estado. Fue ocupado en 2011 y desalojado por la policía en 2012.

Complejo Canalejas (s.XIX-XX / Calles de Alcalá, Sevilla, Carrera de San Jerónimo y Plaza de Canalejas) > Conjunto de siete edificios que albergaban las sedes de la aseguradora La Equitativa, el Banco Hispano Americano y el Credit Lyonnais. Sus vidrieras, capiteles y rejerías serán removidos para unificar los inmuebles y transformarlos en un hotel y un centro comercial, según el proyecto de OHL. Solo se mantendría la fachada. La Comunidad y el Ayuntamiento rebajaron la protección BIC y modificaron el Plan General de Ordenación Urbana para permitirlo.

Palacio de la Música (s.XX) / Gran Vía, 35) > Proyectado por Secundino Suazo como sala de espectáculos y reconvertido en cine tras un incendio. Tiene fachada clasicista y decoración interior barroca. Bankia/Caja Madrid lo adquirió en 2008 por 33 millones y empezó a rehabilitarlo para mantenerlo como espacio cultural. Tras ser rescatada por el Estado, la entidad financiera lo ha puesto a la venta con los trabajos a medio terminar. El Ayuntamiento ha cambiado su uso para que el nuevo propietario pueda hacer una tienda o un centro comercial. Se ha solicitado su declaración como BIC.

Teatro Calderón (s.XX) / Calle de Atocha, 18) > Construido por Eduardo Sánchez Eznarriaga. Las vidrieras del vestíbulo son de la prestigiosa casa Maumejean. Las pinturas de la sala son obra de Demetrio Monteserín. Pese a estar protegido, ha perdido numerosos elementos decorativos originales, como la escultura que coronaba la fachada que da a la plaza de Jacinto Benavente, la ornamentación del torreón o la balaustrada del balcón del piso principal.

El Imparcial (s.XX) / Calle Duque de Alba, 4) > Hasta 1933 fue la sede del diario del mismo nombre. Ideado por Daniel Zavala, ha perdido la mayoría de los elementos de su fachada pese a estar catalogado con protección integral. Alberga el último cine X de Madrid y una oficina bancaria. La inmobiliaria que ostenta su propiedad quiere demoler la sala de proyecciones para abrir un hotel.

Las Vistillas - Cornisa de San Francisco (s.XVI / Calle de Segovia) > Son los jardines más antiguos de Madrid junto con la Casa de Campo. Conforman una de las vistas más reconocibles, que ha quedado bloqueada parcialmente por la construcción del Museo de las Colecciones Reales. Alberga el tramo más grande y mejor conservado de la cerca de Felipe II. Está amenazado por el proyecto del 'minivaticano', paralizado por el Tribunal Superior de Justicia. El Arzobispado y el Ayuntamiento han recurrido la decisión.

Puerta del Río  (s.XVIII / Casa de Campo) > Juan de Villanueva la proyectó para José Bonaparte. Con motivo de las obras de Madrid Río, el Ayuntamiento desmontó la puerta, prescindió de las rejas y reubicó las pilastras en otra ubicación olvidando los pilones cilíndricos y las farolas republicanas en un almacén. El palacete renacentista de la Casa de Campo, las grutas y el jardín del Reservado sufren de abandono.

Museo Municipal de Historia - Jardines de Pedro de Ribera (s.XVIII-XIX / Calle de Fuencarral, 78) > El Hospicio de Madrid, hoy museo de historia de la ciudad, está cerrado desde 2005. La cerca colocada por el Consistorio impide contemplar de forma íntegra la fachada barroca de estilo churrigueresco. Los jardines situados a la espalda del edificio tampoco están abiertos. La construcción provisional que debe dejar paso al futuro mercado de Barceló amenaza la recuperación de esta zona verde.