Botella pide ideas para resucitar Sol solo cuatro años después de la última reforma de Gallardón

  • El Colegio de Arquitectos y el Ayuntamiento abren un concurso de ideas para que expertos y vecinos encuentren un diseño definitivo para la Puerta del Sol.
  • La última reforma costó 4,6 millones y fue muy criticada por la abundancia del granito, la falta de sombras y el choque visual del intercambiador de Cercanías.
  • Los arquitectos creen que la plaza está "degradada" y los urbanistas prefieren "que la dejen como está", por temor a que la estropeen aún más.
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La Puerta del Sol, en una imagen realizada en septiembre de 2013.
La Puerta del Sol, en una imagen realizada en septiembre de 2013.
JORGE PARÍS
La Puerta del Sol, en una imagen realizada en septiembre de 2013.

La Puerta del Sol no acaba de encontrar su identidad. En 2009, hace solo cuatro años, el Ayuntamiento de Madrid (con Gallardón de alcalde) finalizó la enésima reforma de la plaza. Aquella remodelación recibió las críticas de expertos en arquitectura, de urbanistas y de los vecinos de la ciudad. Todos ellos consideraron que la habían convertido en un desierto de granito, en una plaza inhóspita y poco amable para el paseante. Ahora, tras el fracaso de aquella reforma, el Colegio de Arquitectos ha abierto un concurso de ideas para intentar buscar un diseño definitivo que solucione el caos urbanístico actual. Las sugerencias que salgan del concurso no son vinculantes, aunque Botella ha asegurado este lunes que "se tendrán muy en cuenta para futuras actuaciones".

"Después de colocar el intercambiador se ha llegado a un punto quizá de degeneración y pensamos que era el momento de parar esa decadencia", explica José Antonio Granero, decano del Colegio de Arquitectos e inspirador de Piensa Sol, el proyecto iniciado este lunes para debatir el futuro del kilómetro cero. "Ha habido pocos momentos en que la plaza esté menos atractiva que ahora", reconoce el presidente regional, Ignacio González. Incluso, Ana Botella llegó a criticar las obras realizadas por su predecesor en la Alcaldía, al asegurar que la reforma había quedado "un poco dura".

Aquella última remodelación costó 4,6 millones de euros, con cargo al Fondo Estatal de Inversión Local (más conocido como Plan E). El Ayuntamiento amplió la superficie peatonal de la plaza, pero lo hizo a costa de convertir el espacio en un inmenso erial de granito, modificó la distribución de históricas estatuas (como el Oso y el Madroño) y deshechó la instalación de bancos o árboles. De forma paralela, el Ministerio de Fomento construyó el intercambiador de Cercanías, con una entrada acristalada que, según los expertos, desentona con el estilo histórico de la plaza. Hace un año, el Ayuntamiento propuso una nueva reforma para habilitar terrazas en mitad de la plaza, pero la idea fue rechazada por arquitectos y vecinos.

"Una plaza caótica"

"Sol se ha convertido en un pastiche, un lugar en el que meten de todo, una plaza caótica. Ha mejorado en su carácter peatonal, pero le falta una idea estética", considera el urbanista Francisco Herrera, presidente de la Fundación para el Progreso de Madrid. Sin embargo, Herrera teme que una nueva intervención estropee todavía más la plaza: "Yo le pido al Ayuntamiento y a los arquitectos que dejen tranquila a la Puerta del Sol de una puñetera vez. No necesita más intervenciones, mejor que no la toquen; la tuvieron cuatro años patas arriba y ya la fastidiaron lo suficiente", añade el urbanista.

Los vecinos del entorno lamentan que Sol "ha perdido su identidad como lugar de convivencia", según Ramón Rufín, portavoz de la plataforma vecinal Madrid Centro. "Han convertido la plaza en un solar de cemento, un lugar cada vez más inhóspito que ha perdido su carácter de foro ciudadano. La salida del Cercanías es espantosa, no tiene árboles ni bancos. En definitiva, es un lugar poco amigable que no sentimos como propio", apunta Rufín.

Pese a todo, la Puerta del Sol todavía mantiene algo de vida. Principalmente, allí se dan cita decenas de personas que se buscan la vida como artistas callejeros (sobre todo, mimos y músicos), que se disfrazan de personajes de dibujos animados, manteros que venden material falsificado o los llamados 'hombres anuncio' que portan carteles publicitarios sobre su cuerpo. Además, Sol fue el escenario donde nacieron las protestas ciudadanas del 15-M, con la acampada en la que se pidió otra forma de hacer política.

La plaza de los mil cambios

Sol es uno de los entornos de Madrid que más cambios ha sufrido en el último siglo y medio. En 1862 se configuró la plaza con la planta actual, en forma de semicírculo, después de derribar los edificios que la rodeaban anteriormente. En las décadas posteriores se trazaron los raíles de los tranvías y se construyeron isletas peatonales en el centro. En 1919, con la llegada del metro a Madrid, se instaló en el centro un templete que servía de entrada al suburbano.

La siguiente gran reforma llegó en 1950, cuando la irrupción del vehículo privado obligó a eliminar el tranvía y a regular el tráfico, con una gran isleta central coronada por una fuente. A partir de ahí, el coche se hizo dueño de la Puerta del Sol. Hasta que en 1986 se inició la tendencia contraria: se ampliaron las aceras, se peatonalizaron calles como Preciados y Montera y se instaló un intercambiador de autobuses. Finalmente, la reforma de 2009 devolvió todo el espacio al peatón, a excepción del eje Mayor-Carrera de San Jerónimo.

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