Calpe, Oliva y Oropesa son los municipios de la Comunitat con más destrucción de sus costas, según Greenpeace

El municipio alicantino de Calpe, el valenciano de Oliva y el castellonense de Oropesa son los peores de la Comunitat Valenciana por la destrucción de sus costas, según se desprende del informe 'Destrucción a toda costa 2013' de Greenpeace.
Imagen de Calpe
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PEDRO ARMESTRE/GREENPEACE
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El municipio alicantino de Calpe, el valenciano de Oliva y el castellonense de Oropesa son los peores de la Comunitat Valenciana por la destrucción de sus costas, según se desprende del informe 'Destrucción a toda costa 2013' de Greenpeace.

La entidad ecologista ha presentado la decimotercera edición de su estudio, en el que por primera vez y mediante el uso de imágenes de satélite se analiza, municipio por municipio, la situación de los primeros 500 metros de costa de la Comunitat Valenciana, donde la mitad de esta franja está ya destruida. Greenpeace concluye que la ocupación de la primera línea de costa ha sido "masiva" y que este proceso "se verá reforzado por la nueva Ley de Costas", a la que considera "una nueva herramienta para seguir urbanizando el litoral".

"Los datos de nuestro informe muestran una costa inundada de ladrillo. Sirven para reflexionar sobre lo que ha sucedido y decidir qué tipo de gestión del litoral queremos en el futuro. Ahora, los alcaldes y alcaldesas tienen en su mano la protección del litoral y el desarrollo económico sostenible de sus municipios", ha destacado la directora de Campañas de Greenpeace, María José Caballero,.

Greenpeace ha identificado los 25 peores municipios del Estado a partir de distintas variables analizadas, como la mayor superficie absoluta artificial, la mayor superficie artificial en la franja de los primeros 500 metros respecto a la total del municipio, los municipios que más rápido han crecido y los que antes dejarían de tener suelo natural.

Ocho de los 25 municipios del Estado más destruidos se encuentran en la Comunitat Valenciana, como son Calp, Pilar de la Horadada y Torrevieja, en la provincia de Alicante; Cullera, Oliva y Sagunt, en la de Valencia; y Oropesa y Vinarós, en Castellón. De estos, Calp, Oliva y Orpesa están entre los diez peores de todo el Estado.

Calpe representa, según Greenpeace, "la continuación del núcleo de Benidorm, con edificaciones verticales de gran altura con un gran impacto paisajístico y, además, grandes urbanizaciones dispersas, con ocupación de salinas, marismas y zonas de gran valor ecológico". En concreto, el 70 por ciento de su primera franja está ocupada y el incremento anual de la superficie es de casi un 0,5 por ciento anual.

Por su parte, Oliva es el municipio que más ha aumentado su superficie artificial desde 1987 y ha multiplicado casi por siete el número de ocupaciones en la primera línea. El 50 por ciento de la franja de los primeros 500 metros ya está ocupada. La entidad ha lamentado que "a pesar de estos preocupantes datos", Oliva ha sido "indultado por el Gobierno en la nueva Ley de Costas, por la que se amnistía las ilegalidades urbanísticas".

Respecto a Oropesa, destaca que la construcción ha sido "imparable durante los años de burbuja inmobiliaria" y que presenta uno de los porcentajes más elevados de incremento anual de superficie artificial, de casi un 2 por ciento. El colectivo ecologista ha advertido de que en el año 2020, de seguir las tendencias actuales, "ya estaría construido el 92 por ciento de su franja litoral, con unos valores similares a los de Marbella en la actualidad".

La autonomía con menos costa natural

Según Greenpeace, la franja de los primeros 500 metros de costa representa tan solo el 0,55 por ciento de la superficie de suelo del Estado. Pero en la Comunidad Valenciana esa franja de los primeros 500 metros representa el 0,95 por ciento respecto al total de la comunidad y, "con el 51 por ciento de porcentaje de superficie artificial ocupa el primer puesto de todo el Estado con menos costa natural".

A escala municipal, Oliva (Valencia), El Poble Nou de Benitatxell (Alicante), Borriana (Castellón), Alcalá de Xivert (Castellón) y Cullera (Valencia) son los cinco municipios de la valencianos que más rápido han destruido su patrimonio natural durante los años de burbuja inmobiliaria.

Por otro lado, los municipios más urbanizados son, según el valor del porcentaje de superficie construida en los primeros 500 metros de costa, Benissa y Finestrat, en Alicante, con el 100 por cien de la franja de los 500 metros urbanizados; La Pobla de Farnals (Valencia), con el 96 por ciento; Benicàssim (Castellón), con el 92 por ciento y Pilar de la Horadada (Alicante), con el 83 por ciento.

La costa más protegida

Greenpeace señala positivamente municipios como Albalat del Sorells (Valencia) o Cabanes (Castellón) que son parte de los seis municipios de la Comunidad Valenciana con apenas un 3,2 por ciento de ocupación en la franja de los 500 metros. Tambien desstaca que Cabanes (Castellón) con el 78 por ciento; L'Alfàs del Pi (Alicante), con el 76 por ciento; Sueca (Valencia), con el 74 por ciento; Peñíscola (Castellón), con el 44 por ciento; y Valencia con el 41 por ciento son los municipios con mayor protección efectiva bajo normativa de parques protegidos.

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