La Fiscalía pedirá este martes al juez que investiga el supuesto caso de espionaje a la líder del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, que no archive la instrucción y siga adelante con las pesquisas, pese al acuerdo entre la dirigente política y la agencia de detectives Método 3 para cerrar el caso.

Según ha informado este lunes el Ministerio Público, los fiscales del caso, Emilio Sánchez-Ulled y Fernando Bermejo, presentarán ante el titular del juzgado de instrucción número 14 de Barcelona un escrito en el que piden que se mantenga abierta la investigación sobre este caso.

La Fiscalía de Barcelona planteará esta petición después de que el informe elaborado por Sánchez-Ulled y Bermejo, en el que sostenían que la condición de senadora de Alicia Sánchez-Camacho, considerada miembro de una alta institución del Estado, permitiría seguir investigando el caso de espionaje de Método 3.

Los fiscales alegan que un delito cometido contra Sánchez-Camacho, quien también es diputada del Parlamento catalán, puede tener un carácter de "interés público" que justificaría su intervención. Además, sigue teniendo interés descubrir quién encargó la grabación.

La petición cuenta con el aval del Fiscal General del Estado, Eduardo Torres-Dulce, quien este mismo lunes ha autorizado a los fiscales anticorrupción a continuar investigando la grabación del almuerzo que la líder del PP catalán mantuvo en 2010 con Victoria Álvarez, expareja de Jordi Pujol Ferrusola, en el restaurante La Camarga de la capital catalana.

Según ha informado la Fiscalía de Barcelona, Torres-Dulce les ha remitido un escrito en el que "considera ajustado a derecho el informe" que elaboraron los fiscales para seguir sus pesquisas, y los autoriza a que lo presenten al juzgado de instrucción. Una vez reciba el escrito de la Fiscalía, el juzgado de instrucción deberá decidir si prosigue con la investigación.

Sánchez-Camacho y María Victoria Álvarez presentaron el pasado 19 de junio un escrito en el juzgado para retirarse como acusación particular de la causa tras un pacto económico con la agencia Método 3, que admitió su responsabilidad en la grabación de la comida privada que ambas mantuvieron en el restaurante.