Las cargas policiales empeoran la situación en Ankara, donde continúan las protestas

La policía turca utiliza gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes en las protestas contra Erdogan en Ankara, la capital.
La policía turca utiliza gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes en las protestas contra Erdogan en Ankara, la capital.
EFE
La policía turca utiliza gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes en las protestas contra Erdogan en Ankara, la capital.

Tras una jornada de calma que parecía insinuar un final de las protestas de Turquía por el derribo de un parque en Estambul, la situación se complicó de nuevo en la noche de este domingo con nuevas cargas policiales, esta vez en Ankara.

Las fuerzas del orden capitalinas intentaron desalojar por la fuerza la céntrica plaza Kizilay, donde se habían concentrado unas 10.000 personas.

Inicialmente la policía reprimió con gases lacrimógenos y cañones de agua a cientos de estudiantes que intentaban acercarse a la sede del Gobierno del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan. Poco después iniciaron el desalojo de la plaza, que desencadenó una batalla campal entre manifestantes y los agentes de la policía.

En el centro de Ankara hubo numerosos heridos y varios médicos confirmaron que la policía estaba disparando con balas de caucho contra los manifestantes.

Además, la policía disparó gases lacrimógenos contra hospitales y edificios de viviendas en el centro de la ciudad, causando el pánico entre manifestantes y habitantes.

Las protestas también continúan en Estambul, donde, según informa la cadena Al Jazeera, durante la noche de este domingo los manifestantes se han apropiado de una excavadora para atravesar las líneas policiales, y de dos camiones que han llenado de adoquines. Sin embargo, tras esa tentativa, la policía les ha obligado a retroceder unos 500 metros.

Alcanza a los barrios alejados del centro

En otros puntos de la capital, médicos voluntarios han montado puntos de primeros auxilios para atender a los heridos y los afectados por el masivo empleo de los gases lacrimógenos.

"Hay muchos heridos graves y no todos pueden ser atendidos, aunque hay médicos voluntarios y estudiantes de medicina. Los jóvenes escriben en sus brazos su grupo sanguíneo como precaución", explicó Ilhan Cihaner, un diputado del Partido Republicano del Pueblo (CHP), en la oposición.

"Vengo de un hospital donde está ingresado un joven al que sólo mantienen con vida con las máquinas", añadió.

"Esto es un movimiento popular, que no está coordinado por ningún partido u organización, y pido a la comunidad internacional que no se olviden de la juventud turca. La actitud del primer ministro está provocando más violencia", denunció Cihaner.

Incluso en barrios lejanos del centro, muchos vecinos salían espontáneamente a la calle para erigir barricadas que imposibilitan el paso de coches, encender hogueras y llevar a cabo caceroladas para exigir la dimisión del gobierno.

Las emisoras turcas apenas informan sobre las protestas, lo que ha enfurecido a muchos manifestantes que les acusan de ser cómplices de una censura impuesta por el Gobierno.

"Los medios de comunicación nacionales no informan apenas sobre las manifestaciones, tenemos que seguir lo que ocurre a través de canales extranjeros", denunció una estudiante.

El epicentro, en Estambul

A la vez, en Estambul miles de personas continuaron concentrándose en la plaza Taksim de la ciudad y el cercano parque Gezi, y después marcharon por las calles de la ciudad, continuando así con las protestas iniciadas días atrás, y que comenzaron por la defensa del mencionado parque.

En el barrio de Besiktas, a un kilómetro de Taksim, sí se volvieron a recrudecer los enfrentamientos este domingo por la noche, con intervenciones policiales, mientras que el parque de Gezi sigue ocupado por miles de personas, que han organizado turnos de vigilancia y aprovisionamiento.

Según testigos, los hoteles cercanos a la plaza estambulita han alojado de forma gratuita y han proporcionado comida a todas aquellas personas que no podían salir a las calles por las protestas y el gas lacrimógeno que lanzaban las autoridades.

El ministro de Interior otomano, Muammer Guler, anunció que han sido detenidas casi 1.700 personas durante las protestas que se han producido en unas 67 ciudades turcas, aunque la gran mayoría de ellos ya han sido liberados, según recogía Al Jazeera.

La oposición denuncia que ya hay un fallecido

"No sabemos qué puede pasar, pero está claro que si regresa la policía, volveremos a reaccionar", aseguró en declaraciones Melike, una estudiante que ha acudido a limpiar el parque.

Según los datos oficiales, diferentes a los ofrecidos por el titular de Interior, en los disturbios de los últimos días hubo 79 heridos y 939 detenidos, que en su mayoría ya han sido puestos en libertad, mientras que otras fuentes, no oficiales, aseguran que hubo unas 1.500 personas que precisaron asistencia hospitalaria.

Una página web de la oposición aseguró este domingo que un manifestante, un hombre de 26 años, ha fallecido por un disparo recibido este sábado en la cabeza, aunque su muerte no ha sido confirmada de forma oficial.  Otro manifestante ha perdido un ojo mientras que dos personas siguen desaparecidas.

Otras protestas en el país

La represión de las protestas parecía menor este domingo con respecto a la de este sábado, cuando unos 30 estudiantes resultaron heridos, algunos de ellos de gravedad, agregaron las fuentes.

También en Esmirna, la tercera ciudad turca, y en Adana, en el sur de país, se registraron este domingo nuevos enfrentamientos con la policía, que, como en Ankara, utilizó abundante material antidisturbios.

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