El rey don Juan Carlos ha renunciado al uso del yate Fortuna, donado hace doce años a Patrimonio Nacional, aunque para uso de la Familia Real, por un grupo de empresarios de Baleares en colaboración con el Gobierno regional, según han informado fuentes de la Casa del Rey.

El jefe de la Casa, Rafael Spottorno, se ha dirigido al presidente de Patrimonio Nacional, José Rodríguez-Spiteri, para que inicie los trámites necesarios para la "desafectación" de la embarcación como bien de este organismo. Ahora, corresponde a Patrimonio aprobar la petición.

El Fortuna, que costó unos 18 millones de euros, fue donado en el año 2000 para uso de la Familia Real por la Fundación Turística y Cultural de las Islas Baleares, presidida por Carmen Matutes, "como muestra de reconocimiento" al Rey por sus "continuas pruebas de aprecio" al archipiélago y sus habitantes, según explicó la entidad con motivo de la presentación del barco a los medios de comunicación.

Con un casco de aluminio y un peso de 35,4 toneladas, la embarcación, que puede alcanzar los 130 kilómetros por hora —es una de las más veloces en su categoría—, fue encargada en 1997 a los astilleros de Bazán, en San Fernando (Cádiz) y vino a sustituir al anterior Fortuna, donado en 1979 por el rey saudí Fahd que, a su vez, reemplazaba a otra nave con el mismo nombre que don Juan Carlos ya utilizaba desde agosto de 1976.

En los últimos tres años, los movimientos del Fortuna se han ido reduciendo paulatinamente. Uno de los motivos principales ha sido el alto coste que supone rellenar los depósitos, unos 26.000 euros, lo que hace que la embarcación pase la mayor parte del año atracada en la base de Porto Pi. Así, la última vez que el monarca navegó a bordo de este yate fue el pasado 13 de agosto, acompañado únicamente por su tripulación.