Una carrera tan extensa como la de Alfredo Landa, fallecido este jueves a los 80 años, sirve de hilo conductor de la historia de la televisión en España, desde los tiempos del teatro en la pequeña pantalla hasta los grandes éxitos de series como Los Serrano (2003), pasando nada menos que por El Quijote (1991).

Landa, al tiempo que trabajaba en cintas míticas como Atraco a las tres (1962) y El verdugo (1963), participó en los albores de las series en Televisión Española en producciones como Confidencias (1963-1965), de Jaime de Armiñán, con quien haría también Tiempo y hora (1966-1967).

Después llegaron grabaciones de Estudio 1, como Carlota (1965), El último mono (1966) y A media luz los tres (1966), y en 1984 acabaría protagonizando la tercera y última de las adaptaciones para TVE de Ninette y un señor de Murcia, la obra de Miguel Mihura dirigida por Gustavo Pérez-Puig, junto a Juanjo Menéndez, Victoria Vera, Ismael Merlo, Florinda Chico y María Casal.

A esta siguió Tristeza de amor (1986), junto a Concha Cuetos, y cinco años después su gran papel en la televisión, el de Sancho Panza de El Quijote, del que el actor dijo que con este trabajo bien podría haber culminado su carrera profesional.

Pero, tras dar vida al escudero de un Don Quijote interpretado por Fernando Rey en una producción de lujo, con guión de Camilo José Cela y dirección de Manuel Gutiérrez Aragón, cuyos cinco episodios quedan para la historia de la televisión, el actor volvió a vivir el éxito televisivo después de éxitos cinematográficos como los de El crack (1981) o Los santos inocentes (1984).

Con Lleno por favor, estrenada en 1993 en Antena 3, en los comienzos de las televisiones privadas, Landa redobló la popularidad que la emisión de sus películas en la pequeña pantalla le había proporcionado siempre.

"Yo solo creo en Dios, en Franco y en don Santiago Bernabéu" fue la frase que dejó en la memoria colectiva de muchos televidentes su personaje en Lleno por favor, éxito que revalidó con Por fin solos (1995) y En plena forma (1997), donde volvió a coincidir con Concha Cuetos.

Estas dos últimas series consiguieron una audiencia millonaria gracias a su presencia, porque Landa encontró en la televisión una forma de continuar una carrera cinematográfica, que la acabó culminando en otra de las series míticas de la televisión en España, Los Serrano (2003), donde hizo de hermano de Antonio Resines y Jesús Bonilla.

"Me reincorporo a la televisión con un papel a mi medida", dijo entonces el actor, que además pudo trabajar junto a Julia Gutiérrez Caba, actriz con la que debutó en el teatro a principios de los años 60.