Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado investigan la muerte violenta del matrimonio formado por el matrimonio compuesto por L.J.O.J. y M.A.P.C, de 71 y 62 años, respectivamente, así como del hijo de ambos, J.L.O.P, de 37, cuyos cadáveres, con impactos de bala, fueron hallados hoy en la casa que compartían en Vegalatrave (Zamora).

Los hechos fueron puestos en conocimiento del Servicio de Emergencias 112 por un vecino que encontró muerto a L.J.O.J. tendido en la calle y junto a él una escopeta de caza, mientras que los cadáveres de la esposa y el hijo fueron más tarde hallados, también en el exterior de la vivienda, junto a la puerta del garaje.

Aunque inicialmente parecía que tan sólo presentaba signos de violencia el cuerpo sin vida del padre de familia, un disparo de bala en la cabeza, horas después se confirmó que su esposa y el hijo habían fallecido también por arma de fuego.

La noticia era recibida con estupor y sorpresa por el escaso centenar de vecinos censado en este pequeño municipio, situado a 38 kilómetros de la capital zamorana, donde todos recuerdan a los fallecidos como una familia afable y cercana que llegó a la localidad, de la que era natural la madre, hace unos quince años procedente de Andalucía cuando el padre se jubiló en una empresa de construcción.

Los cuerpos de los tres fallecidos fueron trasladados a Zamora para practicarles la autopsia y determinar las causas de la muerte.

El delegado del Gobierno en Castilla y León, Ramiro Ruiz Medrano, en declaraciones recogidas por Europa Press, explicaría más tarde que no había denuncias previas por violencia de género ni antecedentes de hechos violentos en el seno de esta familia de Vegalatrave, al tiempo que descartaba la participación de terceras personas, con lo que todo apunta, a falta de la versión oficial, que el jubilado acabó con la vida de su mujer y el hijo de ambos y luego se descerrajó un disparo en la cabeza.