Obama, sobre el matrimonio homosexual: "Es hora de que el Supremo decida"

  • Un día después de que los jueces más conservadores del Supremo sugirieran que quizá es demasiado pronto.
  • Lo justifican porque el matrimonio gay "es históricamente muy reciente".
  • El Supremo cuestiona competencia del Gobierno federal en la ley del matrimonio.
  • Nueve estados y el Distrito de Columbia permiten el matrimonio entre homosexuales, aunque está prohibido en 38.
El presidente estadounidense, Barack Obama, en un acto oficial.
El presidente estadounidense, Barack Obama, en un acto oficial.
EFE/Michael Reynolds
El presidente estadounidense, Barack Obama, en un acto oficial.

El presidente de EE UU, Barack Obama, consideró este miércoles que éste es el momento "adecuado" para que el Tribunal Supremo decida sobre el matrimonio gay en el país, al término de los dos días de audiencias relacionadas con el asunto en la corte.

Obama se pronunció así en dos entrevistas concedidas a las cadenas hispanas Telemundo y Univisión, un día después de que los jueces más conservadores del Supremo sugirieran que quizá es demasiado pronto para que la máxima instancia se pronuncie sobre el fenómeno del matrimonio gay, que es históricamente muy reciente.

"Creo que sí es hora de que los jueces examinen este asunto", dijo Obama a Telemundo.

"Creo, ciertamente, que (respecto a) los estados que han tomado una decisión de reconocer a estas parejas como casadas, el Gobierno federal tiene que respetar esa decisión. (...) Y mi esperanza es que el tribunal aborde esos temas, y que acabemos viviendo en un mundo donde todos son tratados de forma justa", agregó, considerando que este es un asunto "importante" para el país, sobre el que la "opinión pública ha cambiado dramáticamente en los últimos años".

"No sé lo que hará el tribunal, nunca predigo lo que harán", indicó el mandatario. "Pero yo solía dar clase de derecho constitucional, y creo que ciertamente hay una base sólida para determinar que en esta era, con lo que sabemos, con los cambios que han tenido lugar en los estados, las parejas del mismo sexo deben ser tratadas de forma justa, y tener todos los derechos y el reconocimiento que tienen las heterosexuales", añadió.

Desde 2004, cuando Massachusetts legalizó esas bodas por primera vez en EE UU, otros ocho Estados y el Distrito de Columbia han seguido ese camino, aunque está prohibido en 38.

Debate sobre la adopción

Obama ha añadido que en su vida personal ha conocido a "parejas homosexuales que crían hijos, que se aman y se comprometen con el otro". Este, el de la adopción y crianza de niños por parejas homosexuales, es uno de los asuntos cuyo debate se ha reabierto.

En EE UU, el 65 % de los niños son criados por parejas heterosexuales y el resto en hogares de múltiple configuración, desde padres solteros hasta parejas homosexuales.

La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, en inglés), una entidad relativamente conservadora, apoya las bodas homosexuales y el acceso a servicios de adopción para todas las parejas sin importar su género "como la mejor forma de garantizar beneficios y la seguridad para sus hijos".

"La Academia ha llegado a la conclusión de que los niños criados por homosexuales están bien. No hay estudios que demuestren que sufren daños y sí hay pruebas convincentes de que los niños crecen saludables en hogares estables, sin importar la orientación sexual de sus padres", dijo en entrevista telefónica el doctor Benjamin Siegel, pediatra y profesor de la Universidad de Boston.

La conservadora Fundación Heritage y grupos similares creen que no, y consideran que, aun en "tiempos modernos", los matrimonios tradicionales se basan en la unión biológica de un hombre y una mujer y en la "realidad social" de que los niños "necesitan una madre y un padre".

"Esto de los matrimonios homosexuales es algo nuevo y no hay estudios a largo plazo sobre si benefician a los niños, pero sí hay numerosos estudios, de muchos años, que demuestran que lo mejor para un niño es creer con sus padres biológicos", dijo Israel Ortega, un portavoz de la Fundación Heritage.

Agregó que "los estudios muestran que a esos niños les va mejor en la escuela y tienen menos riesgos de tener problemas".

La ley DOMA

El mandatario expresó por primera vez el pasado mayo su apoyo al matrimonio gay, y en 2011 indicó al Departamento de Justicia que dejara de defender en los tribunales federales la ley de Defensa del Matrimonio (DOMA), que define el matrimonio como la unión de un hombre y una mujer, aunque continúa aplicándola en la práctica.

El Supremo analizó este miércoles la constitucionalidad de esa definición, que impide que los matrimonios homosexuales del país sean reconocidos por el Gobierno y les priva, por tanto, de beneficios fiscales y de pensiones que sí tienen los cónyuges heterosexuales.

Cinco de los nueve jueces del Supremo cuestionaron que esa definición sea constitucional, lo que dio esperanzas a los detractores de la ley de que sea derogada una vez que los magistrados emitan su veredicto, alrededor de junio.

El Supremo debe decidir además sobre otro caso, que reta la validez de la Propuesta 8, que en 2008 prohibió los matrimonios homosexuales en California, y que, dependiendo de lo que resuelvan los jueces, podría provocar la legalización de las bodas gais en varios estados del país.

La decisión del Supremo se espera alrededor de junio. En caso de que decida derogar la cláusula de DOMA que originó la demanda, los matrimonios homosexuales comenzarían a recibir beneficios federales, pero no se obligaría a ningún estado que prohíba las bodas gais a permitirlas.

El Supremo cuestiona la competencia del Gobierno

Una mayoría de jueces del Tribunal Supremo de Estados Unidos cuestionó además la competencia del Gobierno federal en la definición legal del matrimonio homosexual y sugirió que ese asunto debe decidirse en los estados, durante la segunda jornada de audiencias en Washington sobre este tema.

"La pregunta es si el Gobierno federal, en un sistema federalista, tiene la autoridad de regular el matrimonio", preguntó el juez Anthony Kennedy.

La definición contenida en la ley afecta en la práctica al modo en que el Gobierno federal administra unos 1.100 programas de beneficios y pensiones, y Kennedy se preguntó si esa práctica no constituye una extralimitación de las competencias del Ejecutivo. Fue ese argumento, y no tanto el de si la ley viola el derecho a la igualdad de los matrimonios homosexuales, el más citado por los jueces a la hora de cuestionar la validez de la ley.

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