A pocas horas de saber si se llevará su primer goya por Blancanieves, el actor Daniel Giménez Cacho nos habla de su experiencia con Pablo Berger, la situación de la industria del cine o cómo ve la violencia en México.

En la gala de los Goya, que se celebra este domingo, competirá con Jean Rochefort (El artista y la modelo), José Sacristán (El muerto y ser feliz) y Antonio de la Torre (Grupo 7).

¿Cómo vive la nominación al Goya?

Pues con mucha ilusión. Blancanieves es una película que me ha sorprendido mucho desde que lei el guión. A Pablo Berger le costó 8 años levantarla, hubo limitaciones de tiempo y dinero y la entrega que puso todo el equipo recibiriá un excelente reconocimiento. Además a mi madre (QPD), que me trajo al mundo en tierras españolas, le haría doble ilusión.

¿Dónde estaba cuándo se enteró que le habían nominado?

Gracias a las tecnologías de hoy me enteré inmediatamente mientras estaba trabajando, buscando localizaciones. La noticia corrió rápido y mucho, acá en México.

Un personaje como Antonio Villalta tenía bastantes opciones de salir elegido ¿no?

Pues eso nunca se sabe. No es un papel largo pero sí me permitió colarme en la trama.

¿Cómo se preparó un papel tan complicado?

Pues primero la cuestión técnica del toreo. Tuve un gran maestro, Jose Luis Seseña, que supo colocarme como torero frente a la cámara. Finalmente uno va también cargando experiencias de vida que ayudan mucho. Y bueno, el entorno que construyó Pablo era muy estimulante, bastaba con no desentonar.

¿Qué diferencia este personaje de otros trabajos anteriores?

El saber que se trataba de una película muda. Hubo que concentrase más en la expresión y los movimientos internos. Muchas veces los diálogos los usamos para explicar lo que nos pasa y dejamos de lado la verdad de la situación. No hablar obliga a interiorizar y ser claro expresivamente.

Confiese: ¿Cuáles son sus quinielas para los Goya? ¿Y los Oscar?

¡Imposible!, para mí esto de los premios sigue siendo un misterio. Se parece más a la lotería que a un reconocimiento razonado. El año pasado The Artist fue la gran triunfadora de los Oscar. Muchos pensaban que era una apuesta suicida por ser muda y en blanco y negro. Lo mismo que Blancanieves.

¿El cine mudo se encuentra en su época dorada?

No, el cine mudo ya no existe. Lo que me parece interesante es que sigamos buscando nuevas formas creativas porque es cierto que hay demasiado cine repetido y convencional. Aquí, la respuesta del público ha sido gratificante porque nos muestra que hay necesidad de ver otro tipo de cosas y que los productores no debe cerrase al riesgo.

¿Siente que el público mexicano reniega tanto de su propio cine como hacen los españoles?

Aquí hemos vivido una notable mejoría en cuanto a la producción pero seguimos con muchos problemas en la exhibición. Es grave nuestra situación. Los mexicanos no podemos ver nuestro cine y nuestra vecindad con los Estados Unidos y sus guerras comerciales nos hacen dura la tarea. El gobierno abandonó su labor de garantizar pluralidad y equidad.

¿Es muy diferente la manera de rodar en Estados Unidos que en España?

No he rodado aún en Estados Inidos. Pero por lo que sé, rodar para un estudio es muy diferente de cómo rodamos Blancanieves. Las prioridades mercantiles de un estudio no se parecen nada a las prioridades creativas de Ibon Cormenzana, nuestro productor.

¿Con qué directores internacionales le gustaría trabajar?

Uy, hay tantos... tengo preferencia por los directores europeos y latinoamericanos. Visiones personales y urgencia íntima de contar historias.

¿Se siente mexicano o español?

Yo soy mexicano de sangre española. Me siento muy bien en España... pero cuando he vivido aquí y casi siento que soy español me doy cuenta de que soy mexicano. Esto es más complejo pues ser mexicano también tiene su dosis de hispanidad.

¿Qué otros proyectos tiene?

Debutaré como director de una serie para la televisión pública. Historias sobre un famoso y difícil barrio de la ciudad de México ( Tepito). El proyecto se llama Crónica de Castas y tiene mucho que ver con la herencia española en México. Y algo que también me emociona mucho: Lucrecia Martel me invitó a su próxima película.

¿Sigue comprometido con los movimientos políticos de la izquierda en México?

Si y ahí está la parte española que me heredaron mis padres. Aunque a veces siento que el término izquierda ya es difícil de comprender. Estoy más cómodo lejos de los partidos y más cerca de las luchas ciudadanas.

¿Qué opina del regreso del PRI a la presidencia?

La mediocridad política del gobierno anterior abonó el camino. El debilitamiento del estado, los alarmantes niveles de impunidad y de violencia, la corrupción que hace socios a la autoridad y a los narcotraficantes lograron que el sueño autoritario triunfara en las urnas. Ahora México no soportará lo que fue el PRI y ellos lo saben. Están haciendo grandes esfuerzos por modernizarse y democratizarse. No veo nada fácil que lo consigan.

¿Cree que habrá algún cambio positivo en la lucha contra el narcotráfico?

Ha cambiado la retórica por lo menos. La imbécil y sangrienta guerra del anterior presidente (Felipe Calderón) demostró su ineficacia. El problema es muy grande pues nuestros narcotraficantes son líderes mundiales. La magnitud de los intereses económicos involucrados rebasa nuestras fronteras y nuestros socios norteamericanos inciden en el negocio y las decisiones. El problema tardará en resolverse. Las víctimas y el dolor seguirán acumulándose. El río revuelto ya no hará tan fácil la negociación del gobierno con los cárteles.

¿Cómo cree que México puede encontrar una salida al clima de violencia?

Entendiendo que la guerra militar contra las drogas es ineficaz, la han perdido todos los gobiernos del mundo. Se deben fortalecer las iniciativas ciudadanas de seguridad y fortalecer los proyectos comunitarios de toda índole (sociales y culturales). Demostrar en los hechos que es mejor estudiar música que ser sicario. Se debe regular el negocio de las drogas para que sea parte de la economía formal. Se debe descriminalizar el consumo y educar a la sociedad sobre usos y abusos de sustancias: Este es un asunto de salud no de balas. Lo que si han logrado algunos países es tener sistemas de justicia menos corruptos y México no avanza en ese terreno. A todo nivel, se sigue usando la ley para beneficio particular.