La Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (ASPROCAN) ha puesto en marcha una campaña a nivel nacional dirigida a promocionar el símbolo RUP de Plátano de Canarias otorgado por la UE a esta fruta y ahondar en la diferenciación de esta fruta frente a las bananas de terceros países.

Según informa la organización, con dicha medida, que se llevará a cabo a través de acciones publicitarias en las principales cadenas de televisión del país, se pone el acento en dar a conocer el mencionado símbolo, que se incluye dentro de las partidas de plátano que se venden en la península y en las islas.

Con esta iniciativa se pretende insistir en que el consumidor sepa distinguir la fruta canaria y evitar así posibles fraudes que se vienen detectando en los últimos meses.

Por su parte, el símbolo pone el acento en la calidad del producto y en la campaña se destaca que se trata de un cultivo de una región ultraperiférica de la Unión Europea, que se desarrolla respetando el medio ambiente y los derechos sociales y que sigue un cuidado proceso de calidad, lo que, a su vez, se convierte en la marca distintiva del producto.

También destaca el gran valor añadido de Plátano de Canarias, que es su sabor, elemento que, además, marca la diferencia frente a otros productos y que es uno de los aspectos más valorados entre los consumidores peninsulares, tal y como queda patente en el elevado índice de fidelidad que estos demuestran.

Financiada por el gobierno de españa

La campaña está financiada por el Gobierno español, a través, del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, y por la Unión Europea.

En este sentido, esta acción se enmarca dentro del Programa de Información sobre el símbolo gráfico de las Regiones Ultraperiféricas (RUPs) como la imagen que recoge los valores de los productos alimentarios específicos de Canarias, Martinica, Guadalupe y Madeira.

Precisamente, entre los mensajes que se transmiten, además de la definición de las propias RUP, se destaca que los plátanos comunitarios son un producto de la agricultura sostenible y tienen unas cualidades de sabor únicas, relacionadas con sus orígenes específicos insulares y en tierras de origen volcánico.

Por último, se hace hincapié en sus grandes valores desde el punto de vista nutricional y organoléptico, derivados de las condiciones climáticas que se dan en estos cultivos.