No ofreció el Real Madrid su mejor versión. Ganó por accidente: la suerte estuvo de su lado en la jugada más tonta de la jornada.

Todo empezó con una inocente cesión atrás de Nicolita. Pensó que el portero estaría bajo los tres palos pero estaba casi más cerca del banderín del córner.

La cosa acabó en un gol que salvó al Madrid de la forma más cómica.

Si no es por eso, el Madrid no habría ganado: tan evidente fue su falta de gol.

Es más, los blancos volvieron a enseñar sus peores vicios: su escasa capacidad ofensiva y su falta de juego.

Más batalla de la esperada

En ataque el Madrid lo fió todo a Robinho, el único que, durante muchas fases del partido, dio sensación de peligro en el Madrid.

Y es que el equipo de Capello lo intentó pero fue incapaz de rematar hasta el minuto 43 de partido. Así es imposible ganar.

Algún mérito hizo el Steaua, que presentó más batalla de la esperada.

En los primeros minutos recurrió a las faltas para cortar el ritmo del Madrid, pero luego fue él el que impuso el ritmo, el que buscó el gol. Y sin dar un solo pelotazo.

La idea del equipo rumano era buscar la victoria desde el inicio: esa era la única posibilidad de seguir vivo en la Liga de Campeones.Y ofrecio una

Esa fue la triste historia del partido: el Madrid mostró ganas y empeño pero dejó en evidencia su falta de pegada.

Está en octavos, pero mucho tendrá que mejorar, especialmente en eso de marcar goles, que es la salsa del fútbol, dicen.

FICHA DEL PARTIDO

1. Real Madrid: Iker Casillas; Sergio Ramos, Cannavaro, Helguera, Roberto Carlos; Emerson, Diarra (Beckham, min.58); Raúl, Guti, Robinho (Reyes, min.86); y Van Nistelrooy (Ronaldo, min. 74).

0. Steaua de Bucarest: Cernea; Stancu, Ghionea (Therau, min.78), Goian, Marin; Nicolita, Paraschiv, Petre, Oprita (Coman, min.84); Dica y Badea (Lovin, min. 78).

Goles: 1-0. Min. 71. Nicolita, en propia puerta.

Árbitro: Konrad Plautz (Austria). Mostró cartulina amarilla a Petre (18'), Nicolita (36), Cernea (72'), Goian (75'), del Steaua.

Incidencias: 75.000 espectadores acudieron al estadio Santiago Bernabéu, 15.000 de ellos rumanos que animaron con mucho ruido a su equipo durante todo el partido. En el fondo norte una pancarta pedía a Luis Aragonés: "Raúl y Guti, selección".