La Fiscalía argentina a cargo de la acusación solicitó el miércoles el arresto del ex presidente iraní Hashemi Rafsanjani, y otros siete ex altos funcionarios del país persa.

Se los acusa de enviar a la milicia chií libanesa Hizbulá a estrellar la camioneta contra la sede judía, que además de los muertos, causó 300 heridos.

El Ministerio de Exteriores iraní describió la maniobra como "una trama sionista".

Al mismo tiempo, el juez que investiga la causa, Rodolfo Canicoba Corral, consideró "como mínimo muy complicada" la posibilidad de concretar la detención de los ocho iraníes, por cuestiones de política internacional que impiden el desarrollo de las investigaciones judiciales.

Tanto Hizbulá como Irán niegan haber tenido algo que ver con el ataque.

En un mensaje radiofónico, el portavoz de Exteriores Mohamad Ali Hoseyni, dijo: "Las nuevas invenciones están dirigidas dentro del marco de una trama sionista".

Hoseyni señaló que las acusaciones se hacen para desviar "la atención mundial de la comisión de crímenes por parte de los sionistas contra mujeres y niños en Palestina".

La explosión redujo a escombros el edificio de la AMIA, de siete plantas, el 18 de julio de 1994.

Nadie ha sido condenado por la matanza pero el actual Gobierno dijo esar determinado a hacer justicia al respecto.

La Corte Suprema de Justicia debe revisar el fallo que hace dos años absolvió por falta de pruebas a 22 argentinos, entre ellos varios ex policías, acusados de complicidad.

Incompetencia y ocultamientos

A través de los años, el caso ha estado marcado por rumores de ocultamietos y acusaciones de incompetencia, pero se han encontrado pocas evidencias contundentes.

Han saltado a la notoriedad sólo figuras menores, como el policía que vendió la camioneta utilizada en el ataque, pero sigue sin haber condenas.

La comunidad judía argentina viene diciendo hace tiempo que el atentado tiene las huellas de un ataque de militantes islamistas apoyados por Irán.

En noviembre del año pasado, un fiscal argentino dijo que un miembro de Hizbulá era el suicida que conducía la Renault Traffic que se estrelló contra el edificio, y que había sido identificado en ua operación conjunta de la inteligencia argentina y del FBI estadounidense.

Pero Hizbulá dijo que este hombre, llamado Ibrahim Husein Berro, murió en el sur de Líbano peleando contra Israel.

El atentado de 1992 contra la embajada de Israel en Argentina, que causó la muerte de 29 personas y más de cien heridos, también está sin resolver.

El actual presidente de la AMIA, Luis Grynwald, dijo que espera que el Gobierno de Néstor Kirchner "adecúe su política exterior a las consideraciones del dictamen fiscal", y señaló que el atentado de 1994 respondió a una "política de Estado de Irán" que se mantiene "a través de los tiempos".