El 8 de octubre de 1756, el asesor de la Renta de Correos, Pedro Rodríguez Campomanes, dio rango de cuerpo oficial a un oficio con 500 años de antigüedad.

El germen de Correos lo formaron una docena de repartidores que empezaron a distribuir misivas por las calles de Madrid.

A partir de entonces empezó a crecer una red que permitió a los españoles mantener relaciones a distancia, saber del paradero de sus parientes emigrados y conocer la cuantía de su deuda con la Hacienda Pública (no todas las cartas son portadoras de buenas noticias).

En los 250 años que han pasado, el papel, los sellos, las caras de quienes aparecían en ellos y los medios de transmisión han cambiado. Las cartas echaron a rodar en un zurrón para después pasar al ferrocarril, la bicicleta, el automóvil y saltar las distancias marítimas en las bodegas de un vapor o un avión.

Vespas y PDA

De los uniformes, que no hace mucho llevaron a más de un recluta a cuadrarse ante un cartero, han desaparecido los botones dorados y las gorras.

Ahora cabalgan a lomos de una Vespa y los 2.400 empleados del servicio urgente manejan dispositivos electrónicos como las PDA.

Con la extensión del teléfono móvil y el correo electrónico, la figura del cartero ha empezado a cambiar de cara al usuario.

Su cornetín era el augurio de las ansiadas noticias del hijo en la mili y él mismo se encargaba de descifrar las letras del mensaje a los padres.

Ahora, los mensajes han cambiado, son más fríos y, sobre todo, comunican movimientos bancarios.

... en 1894 los carteros empezaron a usar la bicicleta?

... en 1919 se inauguraron las tres primeras líneas aeropostales?

... en 2005 había 33.609 buzones de Correos?

... el año pasado se enviaron 5.371 millones de objetos? ... el correo personal ronda hoy el 10%?

José Luis Barral, 40 años pendiente del correo

"Mi abuelo ya era cartero rural y yo empecé a trabajar en Correos con 18 años. Ahora que he cumplido 50 estoy al frente de una de las oficinas de reparto de A Coruña. En 40 años el trabajo ha cambiado radicalmente. Antes el trato era más cercano y caluroso porque, al no haber otros medios de comunicación, la gente nos esperaba con ganas de noticias".

Las cartas de su vida

Lola Suárez. Consiguió una VPO. "Una carta me concedió un piso".
"Vivía con mis abuelos en Sevilla y rellené los papeles para optar a una de las 600 viviendas de protección oficial que se sorteaban en la ciudad, aunque sin mucha esperanza. Pero me llegó una carta diciendo que había sacado el número 16 de entre 49.000. Tengo resuelto el gran problema de un joven y puedo empezar a plantearme casarme".

Enrique Iriarte. Ajedrecista postal. "Podemosjugar 60 partidas a la vez".
"Con el tiempo y las nuevas tecnologías se ha ido perdiendo el romanticismo del ajedrez postal, pero en su día recibíamos un montón de cartas con jugadas de diferentes partidas. Teníamos una relación muy estrecha con los carteros, estábamos pendientes de ellos. Les dábamos mucho trabajo y sabían encontrarnos si cambiábamos de domicilio".