La decisión se adopta tradicionalmente a finales de año, para ajustar al máximo la variación final en los precios respecto al ejercicio anterior. Sin embargo, en el seno del gobierno municipal se baraja mantener el precio atual del billete sencillo –0,80 euro– si no hay un repunte final del IPC del transporte.

El resto de títulos de la empresa pública de autobuses Tuzsa –los bonos de 30, 90 y 365 días– también podrían verse afectados  por esta congelación, puesto que el Ayuntamiento ha optado desde su creación por mantener su precio proporcionalmente más bajo para fomentar su uso.

Consorcio metropolitano

Los estudios previos que se han realizado sobre la creación del futuro consorcio metropolitano (el Plan Intermodal de Transportes) apuestan por no alterar los precios actuales más allá del IPC. De este modo, se facilitaría la unificación futura de las tarifas en todos los servicios. El próximo lunes, la comisión de servicios públicos votará ya los estatutos del citado consorcio de transporte metropolitano.

En comparación con otras ciudades, el precio del billete de autobús en Zaragoza resulta todavía bastante accesible. En Madrid, el trayecto por la zona centro de la ciudad supone ya un euro, mientras que en Valencia cuesta 1,10 y en Barcelona se alcanzan 1,20 euros por título individual.

En los abonos, todos los ayuntamientos ofrecen  tarifas rebajadas para estimular el uso del transporte público y el margen se estrecha. Así, el mensual cuesta casi lo mismo en Valencia (33,20) que en Zaragoza (32,53), aunque  en Madrid y Barcelona rozan los 40 €. En el anual, las diferencias van de los 272,23 de la capital aragonesa a los 429 de la española.

UGT reclama «más ambición»

El secretario general de la Federación de Transportes de UGT-Aragón, Francisco Catalá, pidió ayer «más ambición» en las políticas de movilidad, durante unas jornadas sobre transporte público organizadas por la central. En este sentido, abogó por un tranvía ligero «soterrado» por el centro y apostó por una red en forma de malla para el bus.