Ninguno se libra del vapuleo de las críticas, que cada vez llegan en mayor número, en bruto y son más veloces. La tarea de presentar la gala de entrega de los Oscar es un trabajo lucido y bien pagado, pero no siempre gratificante.
Incluso Billy Crystal, uno de los presentadores más queridos de los premios de la Academia de Hollywood y a quien se volvió a recurrir en la última edición en un intento por recuperar ese toque ingenioso que había sido tan alabado en sus actuaciones anteriores, tuvo que aguantar este año el azote de los medios. The Hollywood Reporter lo tachó de aburrido; The New York Daily News admitió que el actor había puesto en marcha "inteligentemente" la fórmula del monólogo con gags rápidos y bromas, pero reprocharon la inocencia de sus chistes, y Daily Variety puso pegas a su edad —63 años—, reclamando a alguien más joven para próximos saraos. También las redes sociales se llenaron de comentarios de internautas que habían encontrado su discurso "demasiado comedido".
La intervención en los últimos años de actores de moda y, supuestamente, más del gusto de la audiencia joven como Anne Hathaway y James Franco en 2011, transcurrió con más pena que gloria. Y Hugh Jackman, en 2009, salvó los trastos con dignidad, si bien no logró evitar algún que otro reproche. Mientras el habitualmente caústico bloguero Perez Hilton indicó que sus maneras habían "revitalizado" la gala, el diario Los Angeles Times las tildó de "ridículas". Más contenido, The New York Daily News apreció el trabajo "respetable" de Jackman, si bien destacó que este no había logrado cumplir la misión de la Academia de relanzar y bruñir una ceremonia quizá demasiado 'adulta' para los gustos actuales y que en 2012 ha visto perder su liderazgo absoluto de audiencia ante otra gala más juvenil, la de los Grammy.
Un 'show' más fresco
La elección de este año de Seth MacFarlane, creador de la serie Padre de familia, da pistas del cambio de dirección que la organización quiere emprender. El nombre de este realizador promete humor, sí, pero de un tipo más ácido, bestia e irreverente que el de sus predecesores. "Sus habilidades escénicas combinan a la perfección con nuestras ideas para hacer el espectáculo divertido y fresco", han declarado los productores del show.
Por lo pronto, la expectación ante lo que pueda hacer el responsable de una serie tachada de "corrosiva" por algunos sectores y que ha parodiado temas como el nazismo o a nuestra actriz más internacional, Penélope Cruz, está servida.
Seis años de ensayo-error
Ninguno de los presentadores de la gala de los Oscar de los últimos años ha obtenido el beneplácito de público y crítica. Esto es lo que dijeron de ellos.
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