Alberto Chicote: "Para el espectador 'Pesadilla en la cocina' es un 'show', para mí no"

  • El chef madrileño hará de tutor en el espacio 'Pesadilla en la cocina', de La Sexta, en el que asesorará con un peculiar estilo, a restaurantes con problemas.
  • Asegura que lo que se podrá ver en el espacio es "100% verdad".
El chef Alberto Chicote, en una imagen promocional de 'Pesadilla en la cocina'.
El chef Alberto Chicote, en una imagen promocional de 'Pesadilla en la cocina'.
LA SEXTA
El chef Alberto Chicote, en una imagen promocional de 'Pesadilla en la cocina'.

El cocinero madrileño Alberto Chicote se pone al frente de Pesadilla en la cocina, la versión española del espacio inglés Kitchen Nightmares, del chef británico Gordon Ramsey, que ha presentado La Sexta en el FesTVval de Vitoria. En este programa el chef acudirá a los restaurantes que pidan su ayuda para intentar reflotarlos y en ellos se encontrará todo tipo de sorpresas desagradables.

¿Por qué cree que le eligieron para este programa?

Alguien pensó que la persona adecuada para que se metiese en las cocinas de otros a decirles lo que tenían que hacer era yo. Tampoco pregunté mucho más. Me agradaba tanto y era el caramelo más dulce de los últimos diez años, así que dije: "me meto de cabeza".

¿Se encuentra usted paralelismos con Gordom Ramsay?

Digamos que a los dos nos gusta poco pasar la mano por el hombro a los demás.

¿Qué tal están los restaurantes españoles?

Pues los hay fantásticos y los hay terriblemente desastrosos, tenemos de todo, como en botica.

¿Qué es lo más asqueroso que ha visto?

Lo peor ha sido comida en mal estado lista para servir, pequeños zoológicos en alguna cocina...

¿No le asombra que esos restaurantes sigan funcionando?

No, funcionando no están, lo que están es abiertos. Abren la puerta a ver si entra alguien, pero el problema por el cual nos llaman a Pesadilla en la Cocina es que no entra público y no saben qué hacer.

Lo de que la cocina debe estar limpia debería ser algo evidente, ¿no?

¿Alguna vez has ido a comer a casa de un amigo y al entrar en la cocina has pensado "cómo tiene de sucia la campana"? A mí me ha pasado, ir a comer a casa de gente que cocina para ellos mismos y no encontrar las cosas tan limpias como a mí me gustaría. Cuando tu criterio sobre qué es salubre y qué no está equivocado no reparas en eso.

¿Qué excusas le ponen?

"Esto es normal", sobre todo. Y les dices "tienes aquí un dedo de grasa petrificada que puede conservar ADN de hace 25 años" y te dicen "es una cocina profesional y las cosas se ensucian".  Sí, claro, las cosas se ensucian, pero también se limpian.

Usted ha tenido que probar la comida de todos esos restaurantes, ¿no ha tenido miedo?

He llegado a vomitar, literalmente.

¿Y qué tal han recibido sus críticas?

La gente está preparada para que le digas las cosas que ellos saben que no están haciendo bien. El problema aparece cuando les empiezas a decir las cosas que no les gusta que les digas y además en su propia casa.

¿Es usted más de la ironía o de hablar a las claras?

El problema de la ironía es que sólo la capta la gente inteligente. Y como no es cuestión de insultarle la inteligencia a nadie es mejor decírselo claro: "Esto no se hace así" o "esto es una auténtica bazofia".

¿Dejaría que otro cocinero entrara en su cocina?

A cualquiera de mis cocinas han entrado un montón de cocineros a cocinar y a hacer cosas. Y para mi es un placer enorme.

¿Qué come un cocinero cuando está en casa?

Lo mismo que cualquiera. Comida sencilla, rica, gustosa. No por ser un cocinero de cierto renombre te pasas la vida comiendo cosas de locura o súper curradas. Unas pechugas de pollo a la plancha, unos tomatitos con cebolla y aceite de oliva, un trozo de atún a la plancha, unas judías verdes con ajito y jamón...

¿Comida rápida sí o no?

Yo no, porque no me hace ninguna ilusión. Siempre tengo cosas en la mano que me apetecen más, no me hace falta tirar de comida rápida. Aunque una cosa sí es cierta, este tipo de cadenas de alimentación vigilan mucho la salubridad de lo que sirven.

Tiene un gran estilo para las camisas...

Hace unos años hicimos una cosa los cocineros de Madrid con los diseñadores de la Pasarela Cibeles. A mí me tocó hacerle un plato a Agatha Ruiz de la Prada. A ella le encantó el plato y se ofreció a hacerme una chaquetilla de trabajo y como me gustó tanto lo que me hizo desde entonces no he hecho más que pedirle una y otra y otra más.

¿Cuánto de realidad y cuánto de show hay en un programa como este?

Es muy fácil: es 100% realidad. Absoluta y plena. Es la pregunta que más me han hecho mis colegas cocineros. Sí, es así.

¿No le condiciona el hecho de tener una cámara delante?

No. Sería igualito, clavado. Sin lugar a dudas. Yo no soy actor, soy cocinero. Esta es una manera de hacer mi trabajo y podérselo exponer a otra gente para que lo vea, esa es mi forma de entender el programa. Para el espectador esto es un show, para mí no. Se trata de hacer todo lo posible para sacar adelante un restaurante al borde del desastre.

¿Y los resultados han sido satisfactorios?

De momento sí. Todavía no he visitado ninguno de los restaurantes después de grabar, porque todo el mundo merece un tiempo de rodaje, hay que darles tiempo.

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