El deterioro de la clase política: de la confianza, al tercer problema para los españoles

  • Solo el paro y los problemas económicos preocupan más a los españoles que la clase política.
  • La corrupción, la estructura cerrada de los partidos y la ausencia de unidad en cuestiones vitales son las causas principales del deterioro de su imagen.
  • Una relación más cercana con la ciudadanía y más comparecencias públicas ayudarían a mejorar la imagen de los políticos.
El jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, y el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba.
El jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, y el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba.
Sergio Barrenechea / EFE
El jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, y el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Ha habido tiempos mejores para la clase política española, que hace veinte años pasaba casi desapercibida para los ciudadanos en su lista de preocupaciones. Hoy, es el tercer problema por una serie de motivos que, según expertos, han devaluado una imagen que tardará tiempo en recuperarse.

La propia estructura de los partidos, cerrada a los ciudadanos, los sucesivos casos de corrupción, la crisis económica y la total ausencia de unidad en cuestiones de vital importancia para el país son algunas de las razones que esgrimen los expertos a la hora de explicar la creciente desafección del ciudadano hacia el político.

Las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) son reveladoras. Mientras hace 20 años los españoles colocaban a la clase política en el noveno lugar en la lista de principales problemas, los últimos sondeos reflejan una escalada paulatina de posiciones y ahora ocupa el tercer puesto.

Así, mientras en la actualidad solo el paro y los problemas de índole económica se sitúan por delante de la clase política en el ránking de principales problemas, dos décadas antes también se mencionaban las drogas, el terrorismo, la inseguridad ciudadana, la sanidad, la corrupción, las pensiones, la vivienda, la salud, la agricultura y la crisis de valores.

Otro de los indicadores que ilustran el desgaste de la clase política es el índice de confianza que incluye el CIS en sus encuestas. Mientras uno de cada cinco españoles no tiene ninguna confianza en los partidos, tan solo un 0,80% dice que tiene mucha.

Una relación más cercana

La ciudadanía demanda una relación "más cercana" con sus representantes. "Si salieran más y nos explicaran, por ejemplo, el tema de los recortes", la sociedad lo entendería mejor, comenta el presidente de la Asociación Española de Consultores Políticos, Francisco Roldán Castro.

"Somos mediterráneos, admitimos casi todo excepto la mentira y la cobardía" e, incluso, se acepta "la verdad aunque sea mala", añade Roldán, para volver a insistir en la necesidad de que los políticos expliquen públicamente su actuación, porque si no, se "devalúa mucho" su imagen.

La misma opinión comparte el director de Mas Consulting, Daniel Ureña, quien tras mostrarse pesimista y asegurar que se tardará tiempo en recuperar la confianza en los representantes políticos, reitera que lo que más valora la sociedad es la "sinceridad y que no se les mienta".

"Estamos ante una progresiva y constante pendiente de deterioro de los representantes de la política", dice, por su parte, Antonio Gutiérrez-Rubí, consultor y experto en comunicación política, quien constata una desconexión de los políticos del sentimiento de la mayoría de los ciudadanos.

Y esa pérdida de prestigio y de confianza de la clase política tiene riesgos, entre ellos la posibilidad de que surjan líderes populistas, tal y como advierte Gutiérrez-Rubi.

De todos modos, hay quien da un voto de confianza a los políticos, como el presidente de Sigma 2, Carlos Malo de Molina. "No se trata de halagar a los políticos, pero tampoco de machacarlos o perseguirlos" porque son un colectivo como otro cualquiera y cometen errores. "Simplemente hay que exigirles que cumplan".

Más comparecencias públicas

¿Qué hacer para mejorar esa imagen? Roldán lo tiene claro y apunta, entre otras medidas, la conveniencia de que nuestros dirigentes comparezcan más.

"Quisiéramos ver más al presidente" del Gobierno, Mariano Rajoy, dice este experto, que pone como ejemplo la conversación que el jefe del Ejecutivo mantuvo hace unos días con el presidente de EEUU, Barak Obama, pero no hay imágenes ni sonido, lo que traslada a la sociedad una sensación de distancia.

También, añade, deben dar la cara cuando aparecen informaciones como las relacionadas con las supuesta adjudicaciones irregulares a la empresa Interligare, vinculada a antiguos mandos policiales de la época en la que era ministro del Interior Alfredo Pérez Rubalcaba, quien, a juicio de Roldán, debería decir algo.

"La mentira hace daño y si te han pillado, sal y di algo", recomienda el experto a los políticos, a quienes insta a "ponerse manos a la obra y ayudar al Gobierno" para superar la crisis y no dar esa imagen al exterior de falta de consenso.

Elecciones primarias

Por otro lado, los expertos demandan un cambio en la estructura de los partidos y les emplazan a perder el miedo al procedimiento de primarias para elegir a los candidatos.

Según Ureña, los políticos españoles tienen "mucho miedo" a dar la palabra a los militantes, pero si lo hacen, "ayudaría mucho" a cambiar la percepción que se tiene de ellos.

El sistema de listas cerradas y de "fidelidades internas", subraya por su parte Gutiérrez-Rubí, no supone atractivo para "talentos y personas extramuros de los partidos", que adolecen de formación técnica.

No opina lo mismo Malo de Molina, que no ve viable el sistema de primarias en España, puesto que ha habido intentos no "exitosos" y, "sobre todo las locales, conllevan mucha corrupción". "Dinero para elaborar las campañas, ese dinero luego tiene premio....", argumenta.

Sí critica, sin embargo, que en las formaciones prevalezca el interés partidista sobre el general de España.

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