David Guetta, Pitbull y Martin Solveig: electrónica millonaria para la 'generación Tuenti'

El DJ francés Davis Getta durante el concierto en el Rock in Río 2012.
El DJ francés Davis Getta durante el concierto en el Rock in Río 2012.
Kote Rodrigo / Efe
El DJ francés Davis Getta durante el concierto en el Rock in Río 2012.

Un ejército de smartphones celebraba con destellos la presencia de Martin Solveig en el Rock in Rio 2012. Eran las 21.30 horas del viernes y el Dj francés, uno de los mejor pagados de la escena internacional, se acababa de encaramar en solitario al Escenario Mundo, el más grande del recinto.

Los movimientos de ese treintañero de polo pulcro se limitan a ajustar ocasionalmente alguno de los comandos de la mesa de mezclas desde la que, supuestamente, se ejercen las tareas de ecualización, variación de nivel de sonido, balance y remezcla. Las nuevas tecnologías posibilitan, al parecer, que la presión de una falange sea suficiente para que la Ciudad del Rock suene poderosa, saturada de instrumentos y juegos vocales.

Solveig suele agitar la mano libre y deja que el software haga el resto. ¿Una exhibición algo insólita para un espectáculo en vivo? Tal vez... hasta hace unos lustros. Los saltos entusiasmados de los asistentes, veinteañeros livianos en shorts, capaces de bailar mientras disparaban tweets, corroboraban su eficacia.

Se escucharon samplers que se habían tomado prestado de artistas como Calvin Harris y Red Hot Chili Peppers. El galo ensambla los trocitos. Coge solo la mejor parte de los temas, la más sabrosa, y la embadurna con electrónica afilada que recuerda la emoción de las montañas rusas. Una pena que solo tome el micrófono para cantar en contadas ocasiones: tiene una voz bonita y gangosa. Dicen que una vez fue solista soprano en un coro parisino.

Guetta, un apóstol espacial

¿Por qué enviar una sonda a Marte si David Guetta puede enviar mensajes cifrados al espacio solo tocando unos botones? Para demostrar que era él, y no otro, el cabeza de cartel de la velada, Guetta colocó su mesa de trabajo en una plataforma elevada con apariencia de nave espacial. Coronado por rayos laser, llamaradas, confeti y atractivos shows de luminotecnia, el Dj más célebre del planeta ejerció de rubio profeta, tejiendo puentes de entendimiento entre una galaxia de bits, samplers de temas de otros -desde Prodigy a Skrillex & The Doors, Flori Da y, de nuevo, Red Hot Chili Peppers—, y la audiencia —más de 80.000 personas en comunión, según la organización—.

No dudó en rescatar el tema Feel so close de Calvin Harris que este había interpretado en el mismo foro el día anterior y que prácticamente repitieron la mayoría de los Dj que pasaron ese día por el Rock in Rio, dando cuenta de las buenas relaciones que existen entre los profesionales del sector y, suponemos, sus acuerdos de cesión de derechos.

Tampoco Pitbull, el último de la larga lista de pinchadiscos y productores que pasaron el viernes por el Rock in Rio, se resistió a versionar a Martin Solveigh (sonó por segunda vez durante la noche el tema Hello), a Rihanna y Calvin Harris (We found love), Lenny Kravitz (Fly away) o The White Stripes (Seven nation army). Se agradeció que, para variar, el cubano cantara en directo y estuviera acompañado por un batería y un saxo mientras se meneaba con contención de gángster e incluyera ritmos latinos. Quizá por el cansancio, su actuación (a las 3.20) resultó algo más descafeinada que la de los anteriores.

Este sábado, el género del rock brillará por primera vez en una muestra protagonizada, hasta la fecha, por la electrónica. Se espera a Incubus y a Red Hot Chili Peppers. Esta vez, sin remixes.

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