Crisis política en Paraguay: el origen y las dudas que plantea la destitución del presidente Lugo

  • Los disturbios al sureste del país, donde murieron 17 campesinos y policías, detonante de la destitución de Lugo.
  • EE UU muestra su preocupación por la crisis política paraguaya y los estados vecinos reclaman elecciones anticipadas.
  • El exobispo Fernando Lugo | El sustituto, Federico Franco.
El destituido presidente Fernando Lugo habla con la prensa el domingo 24 de junio de 2012, a las afueras de su vivienda en el municipio de Lambaré, vecino de Asunción.
El destituido presidente Fernando Lugo habla con la prensa el domingo 24 de junio de 2012, a las afueras de su vivienda en el municipio de Lambaré, vecino de Asunción.
EFE
El destituido presidente Fernando Lugo habla con la prensa el domingo 24 de junio de 2012, a las afueras de su vivienda en el municipio de Lambaré, vecino de Asunción.

La tensión política se aviva en Paraguay tras la salida forzada del presidente Fernando Lugo. EE UU ha expresado su "preocupación" por la destitución fulminante de Lugo. Ecuador, Venezuela, Uruguay, Chile y Colombia han llamado a consultas a sus embajadores en Asunción, mientras que el Mercosur ha retirado su invitación al país en su próxima cumbre.

El presidente saliente habla de un "golpe de Estado Parlamentario" en Paraguay. Mientras, su  sustituto, Federico Franco, asegura que no convocará elecciones anticipadas y que se mantendrá en el poder, tal y como establece la Constitución del país, hasta agosto de 2013.

¿Quién es Fernando Lugo?

Fernando Lugo ha tenido una Presidencia amarga: el exobispo que puso fin a 61 años de Gobierno "colorado" en Paraguay padeció y combatió al cáncer, se vio envuelto en sucesivos escándalos de paternidad y fue fulminantemente depuesto el viernes por el Senado de su país bajo la acusación de "mal desempeño" en el último año de su mandato.

Llegó al poder con un programa de tintes sociales, pero en su mandato, que terminaba el año que viene, se ha granjeado enemistades no solo con los conservadores del Partido Colorado, sino con las corrientes más de izquierdas del país por políticas consideradas antisociales.

El origen de la crisis

El detonante último de la destitución de Lugo está en los disturbios ocurridos la semana pasada en la localidad de Curuguaty, en el departamento de Canindeyú (sureste), donde 17 personas murieron en enfrentamientos entre campesinos y policías. Los enfrentamientos se produjeron en el marco del desalojo de la finca Morumbí, propiedad del exsenador del opositor Partido Colorado Blas Riquelme, que fue ocupada hace tres semanas por un centenar de campesinos para protestar por la escasez de tierras agrícolas.

El suceso generó una gran polémica en el país suramericano. Lugo intentó aplacar los ánimos admitiendo la dimisión del ministro del Interior, Carlos Filizzola, y del comandante de la Policía, Paulino Rojas. También anunció la creación de una comisión especial para investigar la muerte de los once campesinos y los seis policías.

La destitución de Lugo

A punto de comenzar su último año de mandato, el exobispo perdió este viernes el poder en un "juicio político" promovido por la práctica totalidad de las fuerzas parlamentarias y desarrollado en apenas 30 horas entre el jueves y viernes pasado. El Senado, cámara a la que le correspondía realizar este "juicio político", destituyó a Lugo por 39 votos frente a 4.

La Constitución de Paraguay contempla en su artículo 225 que el presidente de la República puede ser sometido a un juicio político "por mal desempeño de sus funciones, por delitos cometidos en el ejercicio de sus cargos o por delitos comunes". La acusación debe ser presentada por la Cámara de Diputados con el apoyo de dos tercios de los legisladores.

Los cambios al frente de la cúpula policial y su promesa de encomendar la investigación a una comisión especial con apoyo de la OEA no calmaron los ánimos en el país: solo una diputada izquierdista votó a favor suyo cuando los otros 75 promovían el "juicio político" después de retirarle el apoyo su principal aliado en la coalición de Gobierno, el Partido Liberal.

El Gobierno de Franco

El vicepresidente del país, Federico Franco, un político liberal de profesión médico y contrario al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, es el llamado por la Constitución de Paraguay a asumir la jefatura del Estado, después de que el mandatario Fernando Lugo fuera destituido por el Senado.

Franco trató de enviar un mensaje de gobernabilidad aunque alertó sobre el riesgo de una "guerra civil" y no escatimó en advertencias a sus vecinos Brasil y Argentina.

Este lunes juró el Gobierno sus cargos. El nuevo canciller, José Fernández, explicó que el nuevo presidente permanecerá en el poder hasta 2013, cuando acaba el actual mandato, después de que se escucharan las primeras voces que pedían elecciones anticipadas.

Esta opción fue sin embargo descartada por el Tribunal Superior de Justicia Electoral de Paraguay, que durante la jornada aseveró que Franco "deberá completar" el mandato otorgado hasta agosto de 2013 y rechazó cualquier posibilidad de adelantar las elecciones previstas en abril de ese mismo año.

Reacción del depuesto

El exobispo Lugo denunció este lunes ante la sala Constitucional que no le otorgaron el tiempo suficiente para ejercer la debida defensa en el juicio al que fue sometido en el Senado. La Corte Suprema desestimó "sin más trámite" su petición.

Fernando Lugo niega la legitimidad al Gobierno de su sucesor, Federico Franco. Éste es un Gobierno 'trucho' (falso); la ciudadanía no (lo) acepta", mantuvo ante la prensa.

Según sus manifestaciones, si el viernes acató fue para evitar un "derramamiento de sangre", para calificar después de "golpe de Estado parlamentario" la toma del poder por parte de Franco. Posteriormente, anunció la convocatoria de un "gabinete por la restauración democrática".

El destituido presidente  anunció que no asistirá el próximo viernes a la cumbre del Mercosur, de cuya participación ha sido excluido Paraguay por decisión de sus otros socios en el bloque suramericano.

"No quiero que mi presencia influya en lo que van a deliberar mis compañeros", dijo Lugo en declaraciones a Radio 10, de Buenos Aires.

Críticas internacionales

El relevo de poder ha sido cuestionado por varios países sudamericanos. Argentina, Brasil, Uruguay, Chile, Venezuela y Colombia han retirado o llamado a consultas a sus embajadores. EE UU se ha mostrado "preocupado" por la rapidez y los cuestionamientos hechos al proceso del juicio político que llevó a la destitución de Fernando Lugo como presidente de Paraguay y aseguró que consulta con sus aliados de la OEA qué medidas tomar al respecto.

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, aseguró que el organismo no tiene atribuciones para intervenir en Paraguay. Mientras los embajadores ante la OEA debatían qué hacer, la lista de países que han tomado medidas contra el nuevo Gobierno paraguayo se engrosó con Cuba.

Además de Cuba han retirado embajadores los Gobiernos de Argentina, Venezuela y Ecuador, y otros como Chile, México, Colombia, República Dominicana, Uruguay, Perú y Brasil han anunciado que llamaran a consulta a los suyos.

El presidente venezolano, Hugo Chávez, anunció este domingo el cese inmediato del envío de combustibles a Paraguay y la presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, reiteró que su Gobierno observa "visos de golpe de Estado" en Paraguay. Tampoco el gobierno de Nicaragua reconoce a Franco.

El nuevo presidente paraguayo pidió respeto a los estados vecinos. "Se puede castigar a una persona, pero no es justo castigar a 6.200.000 y al país más pobre de la región", dijo Franco en una entrevista publicada por el diario Clarín.

El Gobierno español apoya a Mercosur y subraya su "preocupación" por la "debilidad" de las garantías procesales del expresidente. "Subrayamos nuestra preocupación por la, entre comillas, debilidad de las garantías procesales", indicó el ministro de Asunstos Exteriores, José Manuel García-Margallo.

Asunción, en calma

Aparte de los pocos cientos de manifestantes ante el canal público, en Asunción (capital del país) reinó en las horas posteriores a la destitución de Lugo la tranquilidad. Los medios de comunicación del país no informaron de protestas ciudadanas en otras ciudades y las televisiones privadas cesaron la cobertura al minuto del primer momento de crisis, retornando a su programación habitual.

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