Vivir le cuesta a un discapacitado 27.398 euros al año. Estoy en silla de ruedas, y me asquea que parezca que vivimos de limosnas de la administración. Vivo en Leganés, y lo cierto es que sólo adaptan lo que se ve, rampas en edificios oficiales, pero no hay un servicio para minusválidos. Ser discapacitado es jodido, pero que nos tomen el pelo, mucho más. Arcángel.

El que no llora no mama. La Plataforma por una Vivienda Digna es una pandilla de listos. El que quiera tener una vivienda propia, que se la compre, como hemos hecho todos los demás. Perdón, casi todos, porque a algunos se la han regalado con nuestros impuestos. Por cierto, ¿qué hay de malo en tener una segunda vivienda? Mucha gente tiene otra para poder pasar las vacaciones. ¿O es que también es ilegal? Mucha envidia, eso es lo que hay. Tomás López.

A la caza del futuro hipotecado. El pasado mes de diciembre estuve a punto de firmar una hipoteca de 20 millones para pagarme un terreno, y menos mal que al final no lo hice. Aparte de lo que me suponía la hipoteca (520 euros durante 30 años), mi banco no me informó correctamente de las comisiones, de que tenía que pagar un seguro de 900 euros al año. Es decir, que la hipoteca se ponía en cerca de 600 euros. Presenté una reclamación por falta de información y aún estoy esperando que alguien me conteste. ¡Está visto que lo único que les interesa a los bancos es que firmes! Por los pelos.