Un hombre de 79 años ha sido condenado en Sevilla a diez años de cárcel por abusar sexualmente de su esposa y de su hijastro, además de los delitos de maltrato en el ámbito doméstico y amenazas.

La Audiencia impone a F.S.A. seis años de cárcel por la agresión sexual a su esposa, dos años por abuso sexual contra el menor de edad, un año y medio por dos delitos de maltrato doméstico y otros seis meses por un delito de amenazas.

La sentencia presentada por la Audiencia de Sevilla relata que el acusado y A.L.H. , la víctima, decidieron casarse en el año 2003 después de tres años de convivencia. Ambos compartían domicilio con dos hijos menores de edad de la mujer.

Los hechos comenzaron en torno a agosto de 2006, cuando la relación de la pareja se fue deteriorando a causa de los celos del procesado, que sospechaba que su esposa le era infiel con el dueño de la casa en la que trabajaba como empleada del hogar. Estos celos propiciaron una discusión en septiembre de ese mismo año, donde la mujer se negó a mantener relaciones sexuales con el anciano encerrándose en una habitación con uno de sus hijos. De madrugada, el hombre consiguió entrar en dicha habitación ordenado al menor que se fuera para quedarse a solas con su todavía mujer y forzarla a que le practicara una felación.

Pero el altercado no acaba ahí. Un mes después, el 6 de octubre de 2006, cuando ambos se encontraban en el domicilio familiar con los dos menores, se produjo otra discusión por celos, en el transcurso de la cual el procesado agarró a su esposa fuertemente del cuello y le propinó puñetazos en el estómago, conforme declara la sentencia.

Para evitar más discusiones, al día siguiente A.L.H., víctima del miedo, se desplazó con su hijo más pequeño hasta el Instituto Andaluz de la Mujer, donde la alojaron en una casa de acogida.

Más adelante, el 6 de noviembre de 2006, la afectada recibió otra agresión de su marido cuando se encontraba tirando la basura en su trabajo. El procesado la golpeó con un palo en la cara y en el brazo dejándola múltiples heridas.

Según explicaciones de los jueces, en una fecha no determinada entre 2004 y octubre de 2006, el procesado, "con ánimo de satisfacer su ánimo libidinoso" y aprovechándose de la relación familiar, abordó en el baño al hijo pequeño de su esposa, de tan solo diez años, cogió la mano del menor y se la puso sobre sus propios genitales, aunque el niño "la apartó de inmediato".

Además de los diez años de cárcel, la sentencia le impone una indemnización de 5.450 euros que deberá abonar a su esposa y mil euros al niño. El fallo le prohibe también aproximarse a la mujer durante ocho años y durante cuatro al menor.