Por eso recogen firmas en contra de que se quiten los crucifijos del aula. Alegan que es «injusto» privar a los niños de una simbología que es parte de la cultura del país. El objetivo de las firmas es saber cuál es la opinión de los padres del centro para que se adopte la decisión que defienda la mayoría. Incluso, están pensando crear una asociación que defienda la permanencia de estos símbolos.