De Guindos y Montoro, las caras visibles que explican los ajustes de Mariano Rajoy

  • El presidente del Gobierno ha delegado en los ministros de Economía y Competitividad y Hacienda la explicación de los recortes económicos.
  • De Guindos y Montoro tienen perfiles y procedencias distintas, uno cuenta con más proyección internacional y el otro con mucha experiencia interna.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, asumió las tareas de la extinta vicepresidencia económica del Gobierno cuando llegó a Moncloa. No obstante, las primeras medidas de ajuste y el plan del Ejecutivo para los próximos años en este terreno están en manos de dos ministros: el de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, y el de Hacienda, Cristóbal Montoro.

Ellos hacen los números y también los explican: son las caras visibles del recorte. Las avanzadillas las protagoniza la portavoz Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta y ministra de la Presidencia. Ella anuncia las decisiones que después desgranan los dos técnicos, no sin mostrar, en ocasiones, algunas diferencias en público; por ejemplo, sobre el déficit del Estado.

De Guindos y Montoro tienen perfiles y procedencias distintas, uno cuenta con más proyección internacional y el otro con mucha experiencia interna. Pero ambos tendrán que cuadrar y justificar las cuentas del plan de 40.000 millones anunciado por Rajoy. Tal es su papel que ya han sufrido sendas suplantaciones en Internet y hasta han asumido tareas propias del presidente del Gobierno.

LUIS DE GUINDOS

<p>Luis de Guindos</p>El ministro de Economía y Competitividad lo dejó claro el mismo día de su toma de posesión: le ha tocado "bailar con la más fea".

Antes de eso, en los meses previos a las elecciones y desde su puesto en el Centro del Sector Financiero de PwC e IE Business School, ya se había encargado de decir que era necesario "un mensaje político de contundencia brutal" para salir de la crisis y unas cuantas reformas serias de carácter laboral -incluso con advertencias a los agentes sociales-, económico y financiero.

Fue director general de Política Económica y Defensa de la Competencia, secretario de Estado de Economía y secretario de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos del Gobierno con José María Aznar. Pasó por Europa y por la empresa privada. Y también por el banco de inversión Lehman Brothers, del que fue presidente Ejecutivo para España y Portugal entre 2006 y 2008, año en el que quebró y provocó un efecto dominó en Estados Unidos.

Entre las tareas actuales de De Guindos están las de estimular el crecimiento, reducir el paro y reestructurar el sistema financiero. Además, el titular de Economía es el encargado de hablar con nuestros vecinos europeos y anunció hace una semana, en una entrevista concedida al Financial Times, que el Gobierno vigilará de cerca los presupuestos autonómicos. La presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, ya le ha mostrado su apoyo.

De "recesión" y "desaceleración"

Los medios de comunicación o algunos actos han servido para que el ministro hable de los temas que le competen, al margen de la única rueda de prensa a la que ha asistido, la del Consejo de Ministros del 30 de diciembre. Él adelantó que no habría un "banco malo", aunque ha tenido que ser Rajoy el que confirme este extremo en la única entrevista que ha concedido desde su victoria. Lo mismo pasó con el IVA.

Fue De Guindos quien dio el primer titular económico del Gobierno el pasado 26 de diciembre pronunciado las palabras "desaceleración" y, sobre todo, "recesión" con la vista puesta en 2012, aunque las matizó asegurando que es "muy difícil" hacer previsiones más allá de seis meses. Algunas de sus declaraciones se han encontrado con rectificaciones y rebajas, tanto suyas como de otros.

Tras la apertura de la legislatura en el Congreso, cifró en 4.000 millones -en una conversación informal- el primer ajuste del Gobierno. Una cuenta falsa en Twitter de Cristóbal Montoro confirmó la cifra y su Ministerio lo desmintió todo horas después. El 30 de diciembre, el ministro quitó hierro a la situación explicando que el Ejecutivo generaría confianza y que del déficit que se encontraron, del 8%, "una parte estaba descontada”.

Ese porcentaje fue motivo de polémica la siguiente semana, la del 3 de enero, cuando De Guindos dijo que podría ser superior al 8%, aunque esperaba "que no mucho"; "Hasta que no estén cerradas las cuentas no podemos adelantar más", le contestó -indirectamente- Montoro. En las últimas horas, el Ministerio ha tenido que confirmar que la cuenta @deguindosluis, plagada de erratas, no tiene que nada que ver con el ministro.

CRISTÓBAL MONTORO

<p>Cristóbal Montoro</p>El ministro pasó de replicar a la vicepresidenta Elena Salgado en el Congreso -a la que De Guindos elogió nada más ser nombrado- a asumir, de nuevo, la cartera de Hacienda (lo hizo de 2000 a 2004).

Ya se había ocupado antes, también con Aznar, de recortar gastos públicos desde el Ejecutivo, una tarea en la que ahora se afana y a la que tiene que sumar, entre otras cosas, los cambios fiscales y la Ley de Estabilidad Presupuestaria.

Hombre de Rodrigo Rato, ha sido diputado por varias ciudades en los últimos años así como secretario de Estado de Economía y eurodiputado. Desde 2008 es coordinador de Economía y Empleo del Partido Popular, su partido.

Montoro ha pasado también por algún medio para dar titulares y, sobre todo, para suavizar el hecho de que antes del 20-N criticaba con ahínco las subidas de impuestos que ahora debe asumir. Ha adoptado un papel algo más optimista que el del titular de Economía. Hace un par de días, aseguró en una entrevista en la COPE que el aumento del IRPF y del IBI anunciados por el Gobierno son un "mal menor".

"Reformas" y no recortes

Siempre con expresiones suaves, no ha hablado en ningún momento de recortes, sino de "reformas", de estabilidad y de equilibrio. Habla de "taponar la herida" y de su condición de "funcionario que asume la tarea de dirigir a los funcionarios".

Es, supuestamente, la cara más contenida de la economía -Álvaro Nadal, director de la oficina económica de la Presidencia y cargo de confianza, permanece en la sombra- y ha sido designado por el presidente del Gobierno para explicar hasta la saciedad en qué consisten los planes de recuperación.

Sobre el "banco malo" no quiso pronunciarse mucho, aunque sí dejó caer que no le gustaba demasiado; a la hora de referirse a una cifra o una medida concretas antes de tiempo, prefiere hablar en condicional o no entrar de lleno en el asunto. Eso sí, en la rueda de prensa del Consejo de Ministros del 30 de diciembre tomó la palabra durante un buen rato para poner todo tipo de ejemplos prácticos en su tono docente.

Después no ha vuelto ha comparecer, a pesar de que muchas de las medidas que han visto la luz llevan su firma. Se reservaba, probablemente, para el pleno del Congreso de este miércoles -donde se ha votado el decreto de medidas urgentes- en el que, además de ocupar el lugar de Mariano Rajoy, ha elevado la agresividad de su discurso para acusar al Gobierno socialista de ocultar el déficit real durante meses.

Después, ha echado mano de los corrillos con periodistas para avanzar que el Gobierno se plantea sancionar a aquellas comunidades autónomas que incumplan el techo de déficit y gasto. La próxima semana le toca lidiar con todas ellas en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, pero antes se dejará ver en la convención autonómica que el PP celebrará en Málaga. Hasta febrero, cuando los españoles puedan escuchar de nuevo a Rajoy, queda tiempo.

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