Retrasos en la notificación a los jueces de la aplicación de medidas coercitivas a detenidos, demoras a la hora de poner en contacto a los reclusos con sus abogados, higiene insuficiente, mala comida, falta de espacio y de funcionarios especializados... son algunas de las deficiencias que ha detectado el Síndic de Greuges en centros de reclusión catalanes.

El defensor del pueblo, Rafael Ribó, lo denunció este miércoles al entregar en el Parlament el informe anual sobre la tortura, que realiza como Autoridad Catalana de Prevención de la Tortura. Así, insistió de nuevo en la necesidad de instalar más cámaras de videovigilancia en los centros penitenciarios, sobre todo en las zonas de aislamiento y de registro y también en los furgones policiales.

En este sentido, Ribó pidió que las cámaras graben "imagen y voz" para "garantizar" tanto el trabajo de los profesionales como los derechos de los detenidos. "Una imagen es la mejor prueba en cualquier dirección cuando existen quejas o indicios de maltrato", justificó. Y recordó que, si bien cuando se instalaron cámaras en comisarías hubo unas primeras "reticencias", ahora son un elemento de capital importancia. Baños y consultas médicas, entre otros, quedarían exentos de estar controlados por videovigilancia.

Ribó criticó el centro de internamiento de extranjeros de la Zona Franca. Según él, la situación en la que se encuentra se tiene que solucionar "con urgencia" porque podría funcionar como un centro penitenciario sin serlo. "Existen indicios de déficit en espacio o alimentación", indicó, entre ellos, las quejas de internos, algunos de los cuales han participado en huelgas de hambre tras la muerte de un inmigrante. Añadió que podría haber casos de malos tratos.

Casi una denuncia cada dos días se han presentado por casos de agresiones por odio y discriminación en un año. Así, en Catalunya, se presentaron 179 acusaciones entre marzo de 2010 y marzo de este año. Cuatro de cada diez agresiones han sido originadas por diferencias étnicas o raciales y tres de cada diez por homofobia. El resto han sido por diferencias políticas o religiosas, según datos de los Mossos d’Esquadra difundidos ayer por Catalunya Informació.