¿Habrá diputados díscolos en el Congreso esta legislatura o primará la disciplina de partido?

  • Los partidos políticos en España exigen la disciplina de voto, a pesar de que la Constitución garantiza la independencia de cada diputado.
  • El PSOE multa un voto a contracorriente con 600 euros, el PP, con 300.
  • Los críticos dicen que la férrea disciplina deja al Congreso sin la función original de control gubernamental. Sus defensores creen que favorece la estabilidad y que ahuyenta a los 'lobbies'.
Vista general del Congreso de los Diputados, en una imagen de archivo.
Vista general del Congreso de los Diputados, en una imagen de archivo.
M.H. León / Efe
Vista general del Congreso de los Diputados, en una imagen de archivo.

Lo ha dicho en un tuit Gaspar Llamazares: "Hace tiempo que la disciplina de partido ha muerto para bien, sustituida por la coherencia personal". Lo tuiteó la semana pasada tras rechazar una irrelevante quinta portavocía ofrecida por IU a pesar de que Asturias, donde iba de cabeza de lista, fue la provincia que dió a la formación un mayor porcentaje de votos. Y Llamazares insistió, de nuevo en Twitter: "No estoy cabreado. Simplemente me parece un error político y en consecuencia: acato, pero no acepto ni me callo".

¿Tiene sentido la disciplina de partido?

La Constitución Española -en su artículo 67.2- desliga al diputado electo del mandato imperativo. Cada cual es libre de votar en el sentido que crea. Sin embargo, en la práctica no es así. El sistema de votación de listas cerradas, diseñadas por las cúpulas de los partidos, hace que en España la disciplina de voto sea una norma grabada a fuego. Su incumplimiento comporta castigo. Votar a contracorriente lleva implícito multas de 300 euros en el PP y 600 en el PSOE, por ejemplo.

"En el Congreso no hay díscolos". Quién habla es una periodista con dilatada experiencia profesional en la Cámara Baja. "Los partidos siguen la disciplina de voto a rajatabla". Y lo hacen "convencidos" porque lo tienen "muy asumido". Otra periodista que ejerce de portavoz de un grupo del Congreso, también en condición de anonimato, explica que la disciplina de partido no significa que los diputados acaten "ciegamente". Primero se debaten las discrepancias y, después, se consensúa una postura, explica.

En España no ha sucedido nunca lo de Reino Unido, donde hasta 50 o 60 diputados de una formación han llegado a votar en contra de lo establecido. Por eso no es necesaria la figura británica del 'whip', un congresista dedicado en exclusiva a lograr la cohesión en las filas internas de cada partido. Y nuestro modelo es radicalmente distinto al de EE UU, donde la libertad de voto es total, puesto que los electores eligen directamente al congresista.

En los últimos años ha habido voces en contra de la disciplina de partido, como la del miembro del Tribunal Constitucional Manuel Aragón, quien lamenta que el Congreso haya perdido su función de control al Gobierno por tener las votaciones predeterminadas. Los defensores de un voto unitario, sin embargo, aseguran que aporta estabilidad a la gobernanza y que ahuyenta a los 'lobbies'.

Salirse de lo marcado

Si en algún momento de la pasada legislatura resultó difícil mantener la disciplina de voto ese fue en mayo de 2010. Tocaba votar una serie de recortes sociales, a propuesta de José Luis Rodríguez Zapatero, que salieron aprobados gracias a la unidad de voto del PSOE y con un solo voto de diferencia.

En aquella ocasión "primó el convencimiento de que era necesario aplicar esas medidas. Y, aunque a algunos en el PSOE el corazón les pedía votar en contra, nadie se salió de lo marcado", explica la periodista parlamentaria, que estuvo presente en la votación. "Era un momento crítico, en el que primó la responsabilidad y la solidaridad de partido y en el que todos hicieron piña".

Hubo otra ocasión en la que algunos diputados socialistas sí decidieron ir por libre como cuando se votó la reforma de la Constitución en la que se incluyó el límite del déficit público (la llamada 'Regla de Oro'). El grupo Izquierda Socialista, del PSOE, no estaba a favor. "Uno de ellos me consta que avisó previamente de que no iba a acudir a votar", cuenta la periodista parlamentaria. Aún así, la reforma salió por goleada, gracias al preacuerdo entre el PP y el PSOE.

"Disciplina es cesarismo mediocre"

Antonio Gutiérrez, diputado independiente por el PSOE y ex secretario general de CC OO, también 'sacó los pies del tiesto' en aquella votación, rompiendo la disciplina de partido. Y no era la primera vez que lo hacía, pues tampoco suscribió la reforma laboral votada meses antes.

"No acepto disciplinas de partido, sino corresponsabilidad con determinado proyecto político", explica Gutiérrez al teléfono, ahora que ha dejado la política activa. "Disciplina de partido suena a jerarquización, a falta de democracia interna y a una especie de cesarismo mediocre". Según su forma de verlo, "si se sublima el valor de la cohesión interna a la democracia individual, ni hay unidad ni hay democracia".

En el caso de la votación de la reforma laboral, Gutiérrez cuenta que habló directamente con el presidente Zapatero y le explicó que no le parecía coherente ni con el programa electoral ni con su discurso de Zapatero en el que dijo que 'no saldríamos de la crisis sacrificando los derechos de los trabajadores'. "No podía suscribir un giro tan copernicano", se defiende.

Aislado por compañeros

Cuando un diputado decide ir por libre, bien votando al revés que el resto o ausentándose de la cámara en el momento de apretar el botón, corre el riesgo de ser aislado por sus compañeros y se posiciona en las casillas de salida de las futuras listas electorales, explican varias fuentes en el Hemiciclo. Gutiérrez asegura que él -"más allá de lo que se dijera en los corrillos, que no lo sé"- percibió de sus compañeros de filas "respeto y ni un mal gesto de nadie", pero no ya no se sentará más en la bancada del PSOE.

Hay partidos políticos que sí permiten el voto libre en algunas materias. Es el caso de asuntos relacionados con las creencias religiosas y concretamente afecta a grupos como el PNV o CiU. De hecho, en las últimas reformas de la Ley del Aborto, ha habido diputados del PNV que han votado a favor, otros en contra y otros que se han abstenido.

La verdadera incógnita

Lo que suceda en la legislatura que ahora da sus primeros pasos está aún por ver. Las fuentes consultadas opinan que la verdadera incógnita está en el PSOE, donde se respira gran crisis interna. En la reunión de este fin de semana del PSC se ha planteado pedir libertad de voto para los asuntos catalanes. Aunque la consigna de Rubalcaba es que impere la "responsabilidad" de la unidad.

Dentro del PP, cmo han entrado tantos diputados nuevos, aún no se sabe si les saldrá algún díscolo, algo que no suele suceder cuando es el PP el que gobierna. La que más fama de 'ir por libre' lleva es Celia Villalobos (que fue multada por abstenerse en la votación de la Ley del Matrimonio Homosexual). De ella se espera, sin embargo, que se muestre más comedida estos años, al tener cargo de vicepresidenta primera de la Mesa del Congreso. "Además, es súper de Rajoy", insisten quienes la conocen.

Sobre Llamazares, en los pasillos del Congreso se dice que se impondrá la lealtad a su grupo, IU. "Es un tío muy disciplinado. No tiene edad para callarse, pero no va a ser desleal", auguran. Pero la legislatura acaba de comenzar. Quedan del orden de 30.000 votaciones por delante, la media de una legislatura. Seguiremos informando.

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