Cadenones de oro y cruces, gorra calada, pendientes de diamantes, gafas molonas, barba rapera y camisetas sin mangas que exhiben el extenso catálogo de tatuajes que recorren sus bíceps, tríceps y antebrazos. Ejerce a la perfección el papel de apasionado latinlover 2.0 que le atribuyen; tras quitar a Eva Longoria las penas de su divorcio con el jugador de la NBA Tony Parker, Eduardo Cruz, nacido en San Sebastián de los Reyes (Madrid), se ha mimetizado, como un camaleón, con su entorno y su nueva vida en Los Ángeles.

Disfruta de múltiples fiestas, se codea con el famoseo local, suelta latiguillos en spanglish y trata de que su nombre adquiera peso por méritos propios. Sin duda, sus múltiples muestras de ardor a la ‘mujer desesperada’ –diez años mayor que él– a lo largo y ancho de las costas americanas y españolas han contribuido a darle identidad propia. Muchos dudaron y dudan de la veracidad de su romance, pero lo cierto es que dura y dura como las famosas pilas, y en enero cumplirá su primer aniversario.

Además, se esfuerza en demostrar que es más que un amante fogoso. En el terreno profesional hace sus pinitos con las bandas sonoras: escribió un tango para Piratas del caribe: En mareas misteriosas y ha conseguido su primer fichaje como compositor a tiempo completo para Venuto al mondo. No parece casualidad que su hermana Penélope Cruz sea la protagonista en ambos casos, pero al fin y al cabo, ¿quién no aprovecharía los contactos de estar en su lugar?

Penélope y Mónica ya ejercieron de madrinas de honor en el lanzamiento de su primer disco, Cosas que contar, hace casi seis años, pero entonces él era un chaval de 21 años prácticamente desconocido. Otro look, otra mirada, otra sonrisa. Era otro Eduardo Cruz.

Su tarjeta de presentación al mundo no pudo ser más desconcertante: en el videoclip de su primer sencillo, Cosas que contar, sus dos hermanas no solo le hicieron los coros, también se convirtieron en sendas dobladoras de películas porno con aspecto apocado (en un principio) y con muchas ganas de guerra (después), posando descaradas en ropa interior y jugando al lesbianismo incestuoso. Han pasado seis años de aquello, y ahora Eduardo anuncia nuevo álbum: nada que ver con su primer trabajo, asegura. Mucho ha llovido para él desde entonces, pero en sus tuiteos se adivina que en lo esencial no ha cambiado: sigue siendo Edu de Sanse, deseoso de quedar con sus colegas de antaño.

Eduardo se muestra impaciente por volver a casa en estas fechas. Se ignora si lo hará acompañado de su novia, pero sin duda tendrá emociones de sobra. La familia ha aumentado: su único sobrino, Leo Encinas Cruz, soplará en enero su primera vela. Al mes siguiente Eduardo, Penélope y Mónica darán la bienvenida a una nueva hermanita, fruto de la relación de su padre con Carmen Moreno, su pareja desde hace nueve años. ¿Se le contagiarán las ganas de ser padre?

Dicen que están en crisis, pero las imágenes de su fogosa relación lo desmienten. Eva Longoria y Eduardo Cruz se lo pasan bien juntos, de eso no hay duda. "Fui muy afortunada al encontrar a Edu", contó la actriz de Mujeres desesperadas a Vanity Fair. "No puedo esperar para tenerte en mi cama", aseguran que ella le envió en un SMS. También dicen que él se ha tatuado el nombre de ella. Lo que se sabe con certeza es que Edu lleva en su brazo un curioso monograma que suma las iniciales de sus hermanas y de su cuñado, Javier Bardem, con el que tiene una gran relación.