Anders Behring Breivik, autor confeso de la matanza de Noruega el día 22, está bajo estricta vigilancia policial por temor a actos de venganza, una huida o un intento de suicido.

Según informa este martes el diario noruego VG, del grupo Schibsted, del cual forma parte 20 minutos, entre las medidas de seguridad del centro penitenciario donde Breivik está aislado en una celda se incluye un análisis de su comida para detectar venenos.

El perpetrador de los 77 asesinatos en la isla de Utøya y en el centro político de Oslo, es observado "varias veces cada hora", ha explicado el director del penal que no quiso ofrecer más detalles.

El abogado de Breivik, Gier Lippestad, ha declarado al periódico Danges Næringsliv que su cliente ha exigido la presencia de psiquiatras forenses japoneses para evaluar su estado mental.

"Piensa", explica, "que los japoneses le pueden entender mejor que los europeos".

Lippestad defiende que Breivik "está loco" y no se opondrá a ser estudiado por expertos noruegos. El fiscal iPal-Fredik Hjort Kraby había anunciado el pasado viernes que dos psiquiatras forenses noruegos estudiarían al acusado para determinar antes de noviembre si es penalmente responsable.

Mona Abdinur tenía 19 años y era musulmana. Es una de las 69 víctimas asesinadas en Utøya, donde el ultraderechista e islamófobo Breivik, disparó contra los participantes de un campamento político socialdemócrata.

Su entierro ha sido la tarde del martes en el cementerio de Oslo. El primer ministro noruego, Jens Stoltgenberg, acudió a dar el pésame a la familia.