Mover bolas de algodón con la nariz, apilar 36 vasos en forma de pirámide o clavar una carta en media sandía son algunas de las pruebas de Uno para ganar (Cuatro, 22.30 h) Jesús Vázquez presenta este concurso que pone en juego 500.000 euros.

Hay que ser un súper hombre para ganar en su concurso…

No te creas. Lo que hay es que currar mucho: ensayar, practicar y trabajar. Pero una de las claves que queremos destacar es que todo el que participa es gente normal de la calle. Aunque a veces cuando les vemos superar los desafíos no lo parezca.

Las pruebas de 'Uno para gana'r tienen bastante mala leche.

Nadie dice que sean fáciles, pero todas se pueden hacer. Todas las pruebas están testadas. Y es que pueden ganar 500.000 euros.

¿Cuál podría superar Jesús Vázquez?

Después de grabar el programa me pongo a probar y alguna he superado de chiripa. Fue una que consiste en poner en el canto de un vaso cinco monedas de 50 céntimos, pero entre las monedas y el vaso hay un billete. De un golpe seco tienes que lograr quitar el billete sin que se caigan las monedas.

¿Qué haría con medio millón de euros?

Puff tal y como está la cosa no haría nada hasta ver si se resuelve de una vez la crisis. Un colchón así te hace dormir más tranquilo.

También has firmado para dos temporadas de 'Pekín Express'. ¿Qué tal el rodaje de la cuarta por África?

Pekín es otro mundo y va mucho más allá de cualquier experiencia como presentador que haya tenido. Y mira que he vivido momentos intensos en mi vida laboral, pero esto es una experiencia casi vital.

Las condiciones de Pekín son un poco duras...

Han sido dos meses de sacrificio, de trabajo durísimo, sin horarios y sin descansos. La carrera manda en todo momento y tú te tienes que acoplar a eso. Se pasan muchas penurias porque aunque África es un continente maravilloso es muy duro para trabajar porque todo es muy hostil.

Pero en África ya había estado.

Varias veces. He estado de vacaciones en el África de los blancos donde no ves la parte dura del continente, pero también he estado en los campos de refugiados en la frontera con Somalia que es un sitio muy trágico. Pero vas con el paraguas protegido de la ONU, pero con Pekín vas en caravana con los coches en medio de la nada. Ves lo maravilloso, pero también lo terrible que tiene el continente. Ha sido una experiencia vital.

¿Dónde le gustaría que fuera la quinta edición?

Yo les he propuesto Australia y Nueva Zelanda son espectaculares para hacerlo. Australia es un continente en sí mismo: tiene todos los climas y las dificultades que se le pueden poner a una carrera.

Han sido 20 años en Telecinco. ¿Qué balance hace en Cuatro?

Fabuloso porque una vez más soy un privilegiado porque la vida me ha dado todo lo que he pedido. He tenido momentos muy duros, como todo el mundo, pero en general todos mis sueños a nivel profesional se han ido cumpliendo. En la práctica no he notado tanto cambio porque sigo trabajando con los mismos equipos de Telecinco, pero sí que es verdad que me ha permitido explorar campos que quería. Siempre he dicho que a mí Cuatro me gustaba y he sido fan de sus programas: El hormiguero, Callejeros, House…

Pero sus audiencias son bajas.

Cuando decidí irme a Cuatro sabía que es una cadena que tiene un público más reducido.

¿Qué programa no presentaría nunca?

Nunca digas de esta agua no beberé. Creo que se puede hacer de todo siempre y cuando le pongas tu sello y criterio a las cosas. Evidentemente, hay terrenos en los que a priori te sientes peor y a mí no me gusta hablar de los demás ni hurgar en las miserias de otros.

¿Se refiere espacio del corazón?

Dentro del corazón hay un mundo muy grande. Y yo no critico ninguna forma de televisión.

¿No está cansado de tanta televisión?

A lo largo del año hay un par de veces en las que estoy agotado por trabajar mucho. Pero como le pasa a todo el mundo y es cuando necesitas parar. También te digo que cuando estoy tres semanas sin pisar un plató me empieza a entrar el mono. No puedo estar mucho tiempo alejado de la tele.

Y a dónde se irá de vacaciones… ¿Monte Fuji?

Eso no fueron unas vacaciones sino un curro también (risas). Me lo pasé fenomenal con Jesús Calleja y fue una escenificación preciosa de mi entrada a Cuatro. Pero las pasé canutas también porque la ascensión fue terrible.

Pero Japón es uno de los sitios que más le gustan

Sí. He vivido y trabajado en Tokio cuando era joven. La llave de mi independencia la conseguí en Japón trabajando con 20 años como modelo. Fue mi primer sueldo. Es un país muy especial en mi vida y lo será siempre.

Lleva varios años prestando su imagen para campañas contra el VIH.

Este año la hago con Boris Izaguirre e Iñigo Lamarca, defensor del pueblo vasco. En el tema de VIH el éxito de las últimas generaciones de fármacos han conseguido que se vuelva una enfermedad crónica como si fuera una diabetes. Y eso ha hecho que se relajen los hábitos saludables que hay que tener en cualquier relación sexual empezando por el uso del preservativo. El VIH no distingue ni de sexos ni de nada y es un problema en el que nadie puede bajar la guardia.