La Unión Europea ha aprobado este viernes restringir la libertad de circulación de forma temporal y ante circunstancias excepcionales, como flujos masivos de inmigrantes, que hagan imposible a un estado miembro el control de su frontera. España, originalmente contraria a esta medida, ha ofrecido su apoyo al limitarse la norma a escenarios de extrema gravedad y respetar "el principio de libre circulación", según Rodríguez Zapatero.

La Comisión Europea presentará en septiembre una propuesta para modificar el reglamento de funcionamiento del acuerdo de la Europa sin fronteras, que establecerá los nuevos supuestos de excepcionalidad al principio de libre circulación. El espacio Schengen abarca a todos los estados de la UE, salvo Reino Unido, Irlanda, Chipre, Rumanía y Bulgaria.

El bloque liderado por Francia e Italia, junto con Holanda, Bélgica y Dinamarca, defendieron la reintroducción de fronteras nacionales a raíz del éxodo procedente de las revueltas del norte de África.

La UE ha acordado introducir un mecanismo de salvaguarda para hacer frente a circunstancias excepcionales que pongan en peligro el funcionamiento general de la cooperación de Schengen, sin menoscabar el principio de libre circulación, según las conclusiones aprobadas por los líderes europeos.

"Ese mecanismo solo podría ponerse en marcha en situaciones excepcionales y claramente definidas, cuando alguna parte de la frontera exterior sufra una presión inesperada y fuerte o cuando un Estado miembro incumpla sus obligaciones", añade el texto.

Antes de proceder a la reintroducción de controles fronterizos, se ofrecerá el apoyo técnico y material de la Agencia de Control de Fronteras (FRONTEX). Si no es suficiente, y "en última instancia", podría "decidirse autorizar el restablecimiento de los controles", aunque "por un plazo limitado", se matiza.

El jefe del Ejecutivo español ha respaldado los cambios en la rueda de prensa tras el Consejo Europeo los cambios. Zapatero aceptó la "razonabilidad" de introducir más mecanismos de control en las fronteras exteriores ante escenarios de extrema gravedad. Entre esas causas, citó el caso de un desplazamiento masivo de inmigrantes por una gran catástrofe.

También ofreció otros ejemplos -"póngale a la catástrofe el apellido que quiera", dijo- que podrían justificar medidas de refuerzo, como "un acto de terrorismo, una guerra o una pandemia". Garantizó que el mecanismo de salvaguarda consensuado entre los veintisiete miembros de la UE no podrá ser utilizado "en ningún caso" para restringir "de forma arbitraria" la libertad de movimiento. "Nuestra posición, a día de hoy, es de tranquilidad sobre cómo ha quedado el texto", resumió

Por otro lado, el presidente del Gobierno español pidió a los socios, al igual que Suecia, que se excluyan del debate "referencias concretas" a la inmigración ilegal, al considerar que este fenómeno debe tratarse desde otra perspectiva. Preguntado sobre quién debería activar cláusulas de salvaguarda, Zapatero opinó que la Comisión Europea ha de tener el "liderazgo", aunque estimó aconsejable el acuerdo con los países afectados.

Zapatero hizo hincapié en que España considera la política migratoria como un "pilar fundamental" de la integración europea que tiene que ir más allá del control de fronteras. A su entender, implica la cooperación con los países de origen y tránsito de la inmigración y la "plena integración" de los extranjeros en la sociedad europea.

En relación con la situación en Libia, Zapatero respaldó la demanda de Italia de que la UE tenga "más implicación" ante el grave problema humanitario que se sufre en este país debido al conflicto armado. Según Zapatero, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, no llegó a plantear de forma expresa ante los socios que se detengan los bombardeos en Libia, ni tampoco la apertura de un corredor humanitario.

Después del debate migratorio, los líderes europeos harán un análisis de la situación en los países de la ribera sur del Mediterráneo, una zona de especial interés para la UE y para la que los Veintisiete van a nombrar un enviado especial.

España ha presentado como candidato para ese cargo al secretario general de la Presidencia del Gobierno, Bernardino León.

La jornada del jueves, se dedicó principalmente a discutir la situación en Grecia y aprobar un documento que avala el segundo rescate financiero a este país, siempre que apruebe un nuevo plan de austeridad la próxima semana.

Zapatero expresó su satisfacción por este acuerdo y recibió el agradecimiento del primer ministro griego, Yorgos Papandreu, por la defensa que hizo ante el resto de líderes europeos para seguir respaldando al país heleno.