El catedrático de Prehistoria de la Universidad de Zaragoza (UZ) Francisco Burillo ha organizado una visita al santuario celtibérico de Segeda este domingo para contemplar el solsticio de verano.

A las 21.15 horas, entre los días 19 y 23 de junio, el Sol se coloca encima de la cumbre del cerro de La Atalaya, segundos antes del ocaso solar y desaparece en el horizonte.

Este santuario celtibérico descubierto en Segeda en el 2004 se utilizaba con fines rituales o de culto al sol pero también como un perfecto calendario, ajustado a los movimientos astronómicos del Sol y la Luna.

Estos hallazgos han sido posibles gracias a los estudios arqueoastronómicos que demuestran que la sociedad celtibérica de Segeda contaba con altos conocimientos geométricos y astronómicos.

De hecho, resolvieron en una construcción compleja y horizontal, los cálculos anuales del movimiento del Sol —solsticio y equinoccio— y los más complejos del movimiento de la Luna, como su Parada Mayor, que corresponde a un ciclo de 19 años, denominado Ciclo de Metón.

La ciudad celtibérica de Segeda I (Mara) fue la más extensa de las conocidas en el Norte de la Península Ibérica. En el año 153 a.C. fue destruida por el ejército romano, por lo que su peculiar santuario es anterior a esa. Este santuario estaba formado por una gran plataforma de unos 412 metros cuadrados, limitada por muros construidos con grandes sillares de yeso, dos de los cuales unían en un ángulo de 120 grados, sin evidencias de estructuras verticales que la cubrieran.

Su situación, extramuros de la ciudad, próxima a la muralla y en un punto topográficamente destacado es una situación privilegiada por la visibilidad sobre su entorno.

El estudio, realizado por Manuel Pérez Rodríguez, ha demostrado que su construcción se realizó teniendo en cuenta claras orientaciones astronómicas. Esta plataforma monumental era, a su vez, un santuario, un lugar de culto vinculado con el sol. Hasta el presente no se ha encontrado una construcción similar en toda Europa.

En el santuario de Segeda, el Solsticio de Verano queda marcado por la línea que une la bisectriz del ángulo de 120 grados en que se unen los muros y la cima del 'La Atalaya', cerro destacado en el paisaje en dirección Noroeste.

Esta alineación, que se produce durante los días 19 al 23 de junio, se podrá observar cómo a las 21.15 horas, el Sol se coloca encima de la cumbre del cerro de La Atalaya, segundos antes del ocaso solar y desaparece en el horizonte.

El solsticio de verano que actualmente es el 21 de junio y en el 200 a.C., fecha aproximada en la que se construyó el santuario, era el 26 de junio.

Es el día más largo del año y su celebración ha pervivido en las fiestas de San Juan. El solsticio de verano es una de las alineaciones más frecuentes en la arqueología.